9/05/2020, 14:24
Henchida de orgullo, Chiiro se sonrojó y apartó la mirada, frotándose la nuca.
—Algunos me tienen envidia porque voy más avanzada —se pavoneó—, pero luego les pego una paliza en clase de Taijutsu y se les pasa la tontería. No me gusta dármelas de empollona, pero tampoco voy a dejarles hacer eso. Y hace poco se metieron con un compañero que va rezagado. Les metí en vereda también. Odio a los abusones, así que los busco y los cazo.
«Al menos no pasará por lo mismo que yo.» Pensó Ayame sombría. Aunque no sabía cómo sentirse al respecto. Por una parte le alegraba que Chiiro fuera capaz de defenderse ella sola, pero por otra le preocupaba que su aire justiciero la llevara a meterse en líos. Pese a todo, se obligó a sonreír y le acarició la cabeza.
—Bien, bien. Pero intenta no meterte en problemas, ¿vale? Ese tipo de cosas es mejor que las resuelvan los profesores... —dijo, aunque era evidente que no lo sentía por dentro.
Los profesores nunca habían llegado a detectar los abusos que ella misma había sufrido de pequeña. Y, si los habían detectado, no habían hecho absolutamente nada por evitar aquella situación. No... Ellos no habían estado allí para ella, y el hecho de que Ayame se hubiese cerrado herméticamente a todo el mundo no había facilitado las cosas.
—Algunos me tienen envidia porque voy más avanzada —se pavoneó—, pero luego les pego una paliza en clase de Taijutsu y se les pasa la tontería. No me gusta dármelas de empollona, pero tampoco voy a dejarles hacer eso. Y hace poco se metieron con un compañero que va rezagado. Les metí en vereda también. Odio a los abusones, así que los busco y los cazo.
«Al menos no pasará por lo mismo que yo.» Pensó Ayame sombría. Aunque no sabía cómo sentirse al respecto. Por una parte le alegraba que Chiiro fuera capaz de defenderse ella sola, pero por otra le preocupaba que su aire justiciero la llevara a meterse en líos. Pese a todo, se obligó a sonreír y le acarició la cabeza.
—Bien, bien. Pero intenta no meterte en problemas, ¿vale? Ese tipo de cosas es mejor que las resuelvan los profesores... —dijo, aunque era evidente que no lo sentía por dentro.
Los profesores nunca habían llegado a detectar los abusos que ella misma había sufrido de pequeña. Y, si los habían detectado, no habían hecho absolutamente nada por evitar aquella situación. No... Ellos no habían estado allí para ella, y el hecho de que Ayame se hubiese cerrado herméticamente a todo el mundo no había facilitado las cosas.