11/05/2020, 01:39
La Uzumaki realizó la técnica otra vez y esta vez una enorme cantidad de cadenas la cubrieron completamente. Tras un par de segundos las cadenas desparecieron, descubriendo a Eri con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Bravo! —Felicitó el marionetista mientras aplaudía a su compañera. —¡Sabía que te saldría genial!
Que su consejo la hubiera ayudado con la técnica le alegró enormemente, ayudar a una kunoichi de élite era algo que jamás se le hubiera pasado por la cabeza.
—¿Lo has visto? —Celebró. —¡He logrado crear todas las cadenas necesarias! Gracias, ¡gracias, Takumi-san! —Dijo agarrándole de las manos.
—E-ehhh... —El genin enrojeció ante los agradecimientos. —N-no ha s-sido nada Eri-san, es un p-placer poder ayudarte...
—¿No te has planteado nunca ser instructor en la academia? —Le preguntó mirándole a los ojos.
El kazejin nunca se lo había planteado. Tenía un objetivo de vida mucho más complicado, y utópico por mucho que le costara admitirlo, pero ahora aquella idea no le parecía tan mala. «Educar a las nuevas generaciones... Puede ser interesante...» Aunque tampoco sabía el aguante que tendría con los niños, así de primeras no lo veía algo vocacional.
—Pues... —Le costaba mantener la mirada, aún sonrojado. —N-nunca me lo había planteado la verdad, pero no lo descarto en un futuro... Aunque antes que profesor de academia me llama más ser sensei de algún genin o chūnin, o entrar en ANBU puede ser una buena opción... Un buen marionetista puede ser un efectivo excepcional para misiones complejas, y al ser pocos no puedo olvidar esa opción... —Se le veía confuso sobre qué camino tomar como shinobi, sus objetivos eran muy ambiciosos y eso hacía que no tuviera mucha idea de que pasos seguir.
»Bueno... —Musitó. —Como ves no tengo muy claro lo que hacer con mi vida...
—¡Bravo! —Felicitó el marionetista mientras aplaudía a su compañera. —¡Sabía que te saldría genial!
Que su consejo la hubiera ayudado con la técnica le alegró enormemente, ayudar a una kunoichi de élite era algo que jamás se le hubiera pasado por la cabeza.
—¿Lo has visto? —Celebró. —¡He logrado crear todas las cadenas necesarias! Gracias, ¡gracias, Takumi-san! —Dijo agarrándole de las manos.
—E-ehhh... —El genin enrojeció ante los agradecimientos. —N-no ha s-sido nada Eri-san, es un p-placer poder ayudarte...
—¿No te has planteado nunca ser instructor en la academia? —Le preguntó mirándole a los ojos.
El kazejin nunca se lo había planteado. Tenía un objetivo de vida mucho más complicado, y utópico por mucho que le costara admitirlo, pero ahora aquella idea no le parecía tan mala. «Educar a las nuevas generaciones... Puede ser interesante...» Aunque tampoco sabía el aguante que tendría con los niños, así de primeras no lo veía algo vocacional.
—Pues... —Le costaba mantener la mirada, aún sonrojado. —N-nunca me lo había planteado la verdad, pero no lo descarto en un futuro... Aunque antes que profesor de academia me llama más ser sensei de algún genin o chūnin, o entrar en ANBU puede ser una buena opción... Un buen marionetista puede ser un efectivo excepcional para misiones complejas, y al ser pocos no puedo olvidar esa opción... —Se le veía confuso sobre qué camino tomar como shinobi, sus objetivos eran muy ambiciosos y eso hacía que no tuviera mucha idea de que pasos seguir.
»Bueno... —Musitó. —Como ves no tengo muy claro lo que hacer con mi vida...