11/05/2020, 03:21
El Inuzuka lanzó el claro insulto, pero Datsue no era muy bueno pillando los insultos al vuelo, o quizás era muy bueno haciéndose el tonto. A saber. Pero como buen Uchimierdas que era, como buen niño irritante que era, trató de desviar el insulto como el que grita ese antiguo salmo de... rebota, rebota, o en tu culo explota en lo que se tapa los oídos para evitar escuchar al otro.
Si, totalmente maduro.
Estaba claro que perdía el tiempo intentando insultar a tipo como él, que no tenía tan siquiera moral. Tan solo estaba malgastando saliva, y fuerzas. Todo eso era un esfuerzo totalmente en vano, que no llevaría a ningún lugar.
Datsue tras un instante, se abrió la cremallera del chaleco, y se crujió el cuello hacia ambos lados. Casi parecía estar sugiriendo que ya había acabado de calentar. Tras lo cuál, le dio al Inuzuka la oportunidad de mostrar lo que sabía hacer. Sin lugar a dudas, el jönin seguía subestimando al rastas, como había hecho desde un inicio. La diferencia de fuerzas y experiencia era más que obvia, a saber a quién se le había ocurrido hacer luchar a jönins contra genins, era casi como poner a combatir a chunins contra kages... ¿no?
Pero al menos el Inuzuka pensaba darlo todo, hasta su último aliento.
Etsu no borró por un instante su sonrisa, casi lo contrario, ésta se agrandó al escuchar al Uchiha. Continuó andando hacia delante, bueno... mas o menos hacia delante, pues a cada tres pasos que avanzaba retrocedía uno, o se iba hacia un flanco un par de ellos. Estaba reventado hasta tal punto que le dolían hasta las pestañas, literalmente.
«¡AHORA!»
A eso de estar a unos cinco metros, el Inuzuka arrancaría a la carrera, directa hacia Datsue. Bueno, fue directa al menos un paso o dos, porque súbitamente se desvió hacia la derecha en lo que cargaba con un puñetazo zurdo que seguramente —en algún momento— quiso ir al rostro del Uchiha. Obviamente, el puñetazo fue al aire, haciendo que el Inuzuka rotase sobre sí mismo hasta caer casi.
¿Una finta?
En lo que caía, rotó sobre sí mismo, para lanzar la pierna derecha directamente hacia el torso del Uchiha en un golpe casi vertical. Faltaban al menos 3 metros hasta su oponente, pero el propio aire que desencadenó la patada sería el encargado de golpear en éste caso. Un golpe, y un estilo, que sin duda alguna el de orbes rojos jamás había visto. Conforme el Inuzuka topó con el suelo, aprovecharía la mano izquierda —que recién había imitado un puñetazo— para tomar impulso con el suelo, y deslizarse por el ring en una patada que trataría de golpear en las piernas del jönin.
Si, totalmente maduro.
Estaba claro que perdía el tiempo intentando insultar a tipo como él, que no tenía tan siquiera moral. Tan solo estaba malgastando saliva, y fuerzas. Todo eso era un esfuerzo totalmente en vano, que no llevaría a ningún lugar.
Datsue tras un instante, se abrió la cremallera del chaleco, y se crujió el cuello hacia ambos lados. Casi parecía estar sugiriendo que ya había acabado de calentar. Tras lo cuál, le dio al Inuzuka la oportunidad de mostrar lo que sabía hacer. Sin lugar a dudas, el jönin seguía subestimando al rastas, como había hecho desde un inicio. La diferencia de fuerzas y experiencia era más que obvia, a saber a quién se le había ocurrido hacer luchar a jönins contra genins, era casi como poner a combatir a chunins contra kages... ¿no?
Pero al menos el Inuzuka pensaba darlo todo, hasta su último aliento.
Etsu no borró por un instante su sonrisa, casi lo contrario, ésta se agrandó al escuchar al Uchiha. Continuó andando hacia delante, bueno... mas o menos hacia delante, pues a cada tres pasos que avanzaba retrocedía uno, o se iba hacia un flanco un par de ellos. Estaba reventado hasta tal punto que le dolían hasta las pestañas, literalmente.
«¡AHORA!»
A eso de estar a unos cinco metros, el Inuzuka arrancaría a la carrera, directa hacia Datsue. Bueno, fue directa al menos un paso o dos, porque súbitamente se desvió hacia la derecha en lo que cargaba con un puñetazo zurdo que seguramente —en algún momento— quiso ir al rostro del Uchiha. Obviamente, el puñetazo fue al aire, haciendo que el Inuzuka rotase sobre sí mismo hasta caer casi.
¿Una finta?
En lo que caía, rotó sobre sí mismo, para lanzar la pierna derecha directamente hacia el torso del Uchiha en un golpe casi vertical. Faltaban al menos 3 metros hasta su oponente, pero el propio aire que desencadenó la patada sería el encargado de golpear en éste caso. Un golpe, y un estilo, que sin duda alguna el de orbes rojos jamás había visto. Conforme el Inuzuka topó con el suelo, aprovecharía la mano izquierda —que recién había imitado un puñetazo— para tomar impulso con el suelo, y deslizarse por el ring en una patada que trataría de golpear en las piernas del jönin.
~ No muerdas lo que no piensas comerte ~