12/05/2020, 22:19
Chiiro asintió, y aunque Ayame percibió cierta duda en sus ojos, decidió no ahondar más en el asunto.
—Ayame —preguntó entonces, con renovada ilusión—. ¿Tú sabes cómo podría averiguar cual es mi naturaleza afín del chakra? Varios compañeros míos han logrado transformar la naturaleza, pero a mi no me sale... Eso sí, se me da muy bien el Fūinjutsu. El profesor de técnicas de sellado dice incluso que podría tener un talento innato. ¿Te lo puedes creer?
—El Fūinjutsu... Increíble... —repitió Ayame, pálida y con los ojos abiertos como platos. Aquel era, precisamente, su punto débil, su talón de Aquiles. Ella nunca, nunca jamás, había sido capaz de comprender los entresijos de las técnicas de sellado. Ni siquiera de las técnicas más básicas. Por mucho que le machacaran con aquel tema durante sus años de academia, aquel era el único nudo que no había llegado a resolver. Por eso, decidió apartar aquel tema a un lado y concentrarse en lo que sí conocía—: Hay una manera muy sencilla de conocer tu naturaleza de chakra —le explicó, inclinándose sobre ella—. Existen unos papelitos que se fabrican con madera de un árbol especial, originario del País de los Bosques, que al parecer se alimenta y crece con chakra. Si sostienes uno de esos papeles entre tus dedos y le aplicas una mínima cantidad de tu chakra, provocarás un efecto en él según cual sea tu naturaleza: Se arrugará si es Raiton, se prenderá fuego si es Katon, se cortará en dos si es Fūton, se reducirá a polvo si es Doton y se mojará si es Suiton, como la mía —sonrió, apoyándose una mano en su pecho, llena de orgullo—. En la Academia deben tener esos papeles, o seguro que Kiroe podrá proporcionártelos.
—Ayame —preguntó entonces, con renovada ilusión—. ¿Tú sabes cómo podría averiguar cual es mi naturaleza afín del chakra? Varios compañeros míos han logrado transformar la naturaleza, pero a mi no me sale... Eso sí, se me da muy bien el Fūinjutsu. El profesor de técnicas de sellado dice incluso que podría tener un talento innato. ¿Te lo puedes creer?
—El Fūinjutsu... Increíble... —repitió Ayame, pálida y con los ojos abiertos como platos. Aquel era, precisamente, su punto débil, su talón de Aquiles. Ella nunca, nunca jamás, había sido capaz de comprender los entresijos de las técnicas de sellado. Ni siquiera de las técnicas más básicas. Por mucho que le machacaran con aquel tema durante sus años de academia, aquel era el único nudo que no había llegado a resolver. Por eso, decidió apartar aquel tema a un lado y concentrarse en lo que sí conocía—: Hay una manera muy sencilla de conocer tu naturaleza de chakra —le explicó, inclinándose sobre ella—. Existen unos papelitos que se fabrican con madera de un árbol especial, originario del País de los Bosques, que al parecer se alimenta y crece con chakra. Si sostienes uno de esos papeles entre tus dedos y le aplicas una mínima cantidad de tu chakra, provocarás un efecto en él según cual sea tu naturaleza: Se arrugará si es Raiton, se prenderá fuego si es Katon, se cortará en dos si es Fūton, se reducirá a polvo si es Doton y se mojará si es Suiton, como la mía —sonrió, apoyándose una mano en su pecho, llena de orgullo—. En la Academia deben tener esos papeles, o seguro que Kiroe podrá proporcionártelos.