18/05/2020, 14:10
Lloró. Claro que lloró, como una magdalena. Se abrazó a uno de los peluches de oso panda enormes que tenía y se desahogó con la cabeza aplastandole el pecho al pobre oso. ¿Eso era lo que veían en ella? ¿Una niña malcriada que por ser lista y guapa había llegado a donde estaba? ¿Nadie apreciaba el esfuerzo que había hecho? ¿Todas las horas que había pasado trabajando duro para mantener las notas y hacer el trabajo del consejo estudiantil al mismo tiempo habían sido para nada? Qué injusto.
Ya sabía que a su padre le daba completamente igual que se esforzase al máximo o que fuese presidenta de lo que fuese. No le daba nada de credito a todo el esfuerzo. Pero ahora su familia aumentaba y aún más gente despreciaba y desacreditaba a Hana. Sencillamente, no sabía cuanto podría aguantar.
No durmió bien, si es que durmió, y a las 6 se levantó a desayunar cuando le sonó el despertador. Sin pensar, fue a la cocina e hizo rutina. Bol, cereales, leche, cuchara y fue directa al sofá. Dejandolo todo sobre la mesa y sentandose. Sin pensar, despeinada, con las mejillas aún humedas y con nada más que la luz que entraba por las ventanas.
Ya sabía que a su padre le daba completamente igual que se esforzase al máximo o que fuese presidenta de lo que fuese. No le daba nada de credito a todo el esfuerzo. Pero ahora su familia aumentaba y aún más gente despreciaba y desacreditaba a Hana. Sencillamente, no sabía cuanto podría aguantar.
No durmió bien, si es que durmió, y a las 6 se levantó a desayunar cuando le sonó el despertador. Sin pensar, fue a la cocina e hizo rutina. Bol, cereales, leche, cuchara y fue directa al sofá. Dejandolo todo sobre la mesa y sentandose. Sin pensar, despeinada, con las mejillas aún humedas y con nada más que la luz que entraba por las ventanas.