19/05/2020, 16:19
(Última modificación: 19/05/2020, 16:20 por Amedama Daruu.)
La kunoichi de Uzushio cruzó los brazos frente al torso, recibiendo el impacto del Hebi Mikazuchi de lleno. Tras un leve retroceso, cayó de rodillas. Y dio por finalizado el entrenamiento. Daruu, que estaba emocionado por el buen combate que estaba presentando Eri, esgrimió un pequeño mohín de decepción. Luego sonrió y cerró los ojos. Se acercó a la muchacha, que se había tumbado en el suelo para descansar.
El Hyūga se sentó a su lado y se tumbó también, los brazos detrás de la nuca.
—En el País de la Tormenta no se puede ver este azul en el cielo —dijo—. Oye, ¿sabes qué nombre podría tener ese Hebi Mikazuchi gigante que te he lanzado?
»Heavy Mikazuchi. ¿Lo pillas? ¿Eh, eh?
El Hyūga se sentó a su lado y se tumbó también, los brazos detrás de la nuca.
—En el País de la Tormenta no se puede ver este azul en el cielo —dijo—. Oye, ¿sabes qué nombre podría tener ese Hebi Mikazuchi gigante que te he lanzado?
»Heavy Mikazuchi. ¿Lo pillas? ¿Eh, eh?