20/05/2020, 17:13
Mientras Ren echaba una visual al terreno —como ya se había comentado, el objetivo era una nave industrial de gran tamaño, con una puerta principal cerrada y una lateral abierta pero junto a la cual dos operarios fumaban silenciosamente—, Kisame hacía lo suyo invocando al tanuki que solía acompañarle en los apuros. El animal asintió, entendía perfectamente las instrucciones de su invocador, y se puso manos a la obra.
Desde donde los muchachos aguardaban pudieron ver al animal —pequeño y discreto a causa de su tamaño— acercarse a la puerta principal de la nave; una persiana metálica que se abría con un mecanismo de poleas, pero que se encontraba cerrada a cal y canto. El tanuki no tardó en darse cuenta de que por allí no podría entrar, así que procedió a escalar la fachada del edificio para buscar alguna apertura por las ventanas superiores. Tuvo la suerte de que una de ellas estaba abierta, y así, la criatura pudo internarse en la nave industrial... Perdiéndose de la vista de los dos genin.
Pasaron varios minutos hasta que Kisame pudiera divisar a su animal ninja saliendo por la misma ventana entreabierta del techo por la que había entrado. Con la agilidad que le caracterizaba, el tanuki volvió a donde estaba su invocador para comunicarle lo que había visto...
... en efecto, había un shinobi allí adentro, y estaba en problemas. Según el tanuki, un hombre con bandana ninja se encontraba atado a una silla, con pinta de haber sido golpeado, en una habitación ubicada en el lateral de la nave.