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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#89
«Uno menos.»

Flip, flop. Así de fácil: aquel desgraciado Protector del Muelle ni siquiera vio venir el —metafórico— puño que le golpeó en la cara, noqueándolo como si hubiese sido el del mejor taijutsero de Kusagakure no Sato. La explosión primero, y el Fūton después, perfectamente coordinados para barrer a aquel molesto shinobi y asegurarle a Akame un ticket sólo de ida a su cita privada con Nagare. Porque si ella no pensaba subestimarle a él, el Uchiha no iba a responderle con la descortesía de juzgarla menos. Sabía que era una Hōzuki y que estaba herida, y más importante: que llevaba un comunicador en su oreja.

Akame se volteó hacia ella. Sus miradas se cruzaron. Nagare profirió un insulto. El Uchiha no se lo devolvió.

La Protectora del Muelle se llevó una mano al oído, pero cuando quiso pedir refuerzos, no pudo. Más concretamente, parecía que sus labios se negaban a moverse, como si algo o alguien los hubiera sellado con cera caliente. Por mucho que aquella mujer se revolviese, sería incapaz de articular palabra. Pronto se daría cuenta de que no sólo su boca había escapado a su control, sino también todo su cuerpo. Sus brazos se sentían pesados, sus piernas parecían ancladas firmemente al suelo y ni siquiera el propio Agua acudiría a su rescate si intentaba convocarlo... Ahora estaba en el reino de Akame.

Éste no le quitaba la mirada de encima, manteniendo su Genjutsu durante unos momentos; fue lo que apenas le tomó para aplastar la voluntad de Nagare bajo la arrolladora marea de la suya propia en un pulso psíquico que duró notablemente poco. Tal era la diferencia entre ambos. Cuando el Uchiha supo que la kunoichi estaba totalmente sometida a su control, ejecutó la segunda parte de su estrategia; conseguir pasaje seguro hacia Kasukami.

Nagare, quiero que le digas a quien sea que está al otro lado de esa línea que los intrusos han huído en dirección contraria a la ciudad y que solicitas que todos los efectivos se dirijan hacia allá —formuló el Uchiha, cortés—. Luego nos acompañarás personalmente el resto del trayecto hasta Kasukami, asegurándote de que no sufriremos ningún daño ni seremos delatados por nadie. Somos simples viajeros que vamos a la capital: fin del asunto.


  • PV:

    250/250


  • CK:

    99/350

    +10
    (4/5)
    -50
    -70


Fuerza 40
Resistencia 40
Aguante 60
Agilidad 80
Destreza 80
Poder 60
Inteligencia 100
Carisma 40
Voluntad 60
Percepción 80

  • B-ranku no Kibaku Fuda (x0)
  • Kunai (x0)

¤ Saimingan
¤ Ojo Hipnótico
- Tipo: Apoyo (Genjutsu visual)
- Rango: A
- Requisitos: Uchiha 60
- Gastos: 18 CK, impide regen. de chakra
- Daños: -
- Efectos adicionales: Distracción, control, ataque sorpresa, engaño
- Carga: 4
- Velocidad: Muy rápida
- Alcance y dimensiones: -
Mediante su Sharingan, el usuario es capaz de hacer entrar en un Genjutsu a su oponente con mero contacto visual. Cuando el oponente entre en su ilusión, podrá mostrarle lo que desee, emulando visión, sonido, e incluso sensaciones como el dolor o el placer. Mientras se realiza el Genjutsu, el usuario no puede atacar a la victima, pues cualquier daño externo anularía el engaño, y durante el transcurso del mismo, tanto usuario como oponente estarán paralizados en el sitio. El ejecutor será capaz de modificar el entorno por completo durante el transcurso de la ilusión, y de hacer que la ilusión dure todo el tiempo que haga falta, hasta un máximo de diez turnos. Si dispone de menos de 40 de Inteligencia, no será capaz de mantener ninguna técnica activa mientras la utiliza. No se puede utilizar junto a jutsus complejos y que requieran un excesivo control, como criaturas dirigibles o clones de cualquier tipo.

(Uchiha 70) Por 32 CK adicionales al gasto base, si la Inteligencia del usuario es mayor que la Voluntad del oponente en más de 30 puntos o en más de 10 si el PV del oponente ha descendido por debajo de su 60%, si la víctima está completamente inmovilizada, o si se trata de un civil, el usuario puede utilizar la técnica para crear un estado de sueño profundo mediante hipnosis. Luego podrá interrogar al afectado libremente si así lo desea o dejarlo caer inconsciente. Si sufre daños, o pasan tres turnos, despertará. Mediante este uso de la técnica también se puede inducir una parálisis en lugar de un sueño profundo.

¤ Kunrin
¤ Dominio
- Tipo: Apoyo
- Rango: S
- Requisitos: Uchiha 100, San Tomoe no Sharingan activado
- Gastos: 70 CK
- Daños: -
- Efectos adicionales: (ver descripción)
- Sellos: -
- Carga: 6
- Velocidad: Lenta
- Alcance y dimensiones: -
Genjutsu que permite al usuario, mediante su Sharingan, implantar una idea en el subconsciente de un objetivo sometido. En la práctica, este jutsu permite al ejecutor transmitir órdenes a la víctima que serán cumplidas por ésta, en mayor o menor grado, como si hubiesen salido de su propia persona. El objetivo debe estar sometido o en un estado de hipnosis profundo (se puede utilizar el Saimingan para ello), por lo que no puede utilizarse en combate. Además, esta técnica exige contacto visual directo para su ejecución. En ningún caso puede utilizarse esta técnica para forzar a la víctima a inflingirse un daño mortal de forma directa o indirecta (órdenes como "córtate la garganta con una daga" no son válidas, pero tampoco "salta desde lo alto de la Torre de Meditación").

La complejidad del mandato depende de la Inteligencia del ejecutor:
  • 1-40: sólo pueden darse órdenes simples ("abre la puerta", "dame lo que tengas en el bolsillo derecho")
  • 41-60: la orden puede ser extensa ("móntate en el carruaje que va hacia Shinogi-to, cuando llegues, compra un pastel de fresa")
  • 61-80: la orden puede ser compleja y prolongarse en el tiempo ("cada mañana, ve al patio, riega las plantas y luego deja caer un billete de 1 ryo por el balcón")
  • 81-100: la orden puede incluir condicionantes ("cuando escuches el sonido de la campana en la Fiesta de Fin de Año, compra un bidón de aceite inflamable, ve a casa, viértelo y préndele fuego").
  • +100: la orden puede ser muy compleja y tener numerosos condicionantes (se discute con el Narrador)

Así mismo, las órdenes implantadas en el subconsciente de la víctima prevalecen hasta que son cumplidas o expira su efectividad, lo cual dependerá de la Voluntad del objetivo:
  • 1-10: permanente
  • 11-20: 1 año
  • 21-40: 3 estaciones
  • 41-70: 2 estaciones
  • 71-100: 1 estación
  • +100: hasta final de la trama

La víctima hará todo lo posible para cumplir con la orden dada mientras la técnica esté activa, con la salvedad antes descrita de poner en peligro su integridad física de forma directa o indirecta. Si su Voluntad es menor a 60 puntos, la víctima no tendrá reparos en dañar a seres queridos para cumplir con la orden, aunque siempre optará por no hacerlo, de ser posible.

Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

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Mensajes en este tema
RE: Lo que se esconde tras la niebla - por Uchiha Akame - 26/05/2020, 18:08


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