27/05/2020, 05:30
Daigo se llevó una mano a la nuca y rio algo apenado cuando Ranko mencionó que se había unido al dojo Inuzuka, dejando que fuera Etsu quien respondiese.
—Todavía no soy tan bueno como Etsu-senpai o Akane-senpai —añadió y sonrió alegremente—, pero el entrenamiento también me ayuda mucho con mi boxeo.
En general unirse al dojo Cereberus le había ayudado mucho, pues desde que salió de la academia era la primera vez que tenía un maestro que le enseñara en lugar de aprender a pelear mirando algún combate de boxeo y tener que crear él mismo sus técnicas poco a poco, además Etsu se había convertido poco a poco en un gran compañero para el peliverde.
De alguna manera Kuumi conseguía avergonzar cada vez más a su hermana, explicándole a los chicos que Ranko la estaba ayudando a su nueva línea de ropa de entrenamiento. Aparentemente había conseguido hacer que pareciera toda una superheroína ¡Una superheroína!
A Daigo se le iluminaron los ojos mientras se imaginaba a sí mismo como un superhéroe, luciendo una capa que ondeaba al viento de forma dramática y vistiendo un espectacular y colorido traje de esos que llamaban mucho y que definitivamente ningún ninja debería llevar.
«¡Pero se vería tan genial!»
Se imaginó a sí mismo mucho más grande y fuerte de lo que era mientras salvaba vidas con una brillante sonrisa que todavía mantenía todos sus dientes intactos.
Ah, sí, y la conversación siguió, pero el chico no se enteró hasta que Kuumi empezó a hablar de los próximos combates.
—Ah —reaccionó Daigo luego de que el Inuzuka respondiese—. ¿Has aprendido el Ningen no Tate? Te podría venir muy bien si peleas contra ese espadachín.
—Todavía no soy tan bueno como Etsu-senpai o Akane-senpai —añadió y sonrió alegremente—, pero el entrenamiento también me ayuda mucho con mi boxeo.
En general unirse al dojo Cereberus le había ayudado mucho, pues desde que salió de la academia era la primera vez que tenía un maestro que le enseñara en lugar de aprender a pelear mirando algún combate de boxeo y tener que crear él mismo sus técnicas poco a poco, además Etsu se había convertido poco a poco en un gran compañero para el peliverde.
De alguna manera Kuumi conseguía avergonzar cada vez más a su hermana, explicándole a los chicos que Ranko la estaba ayudando a su nueva línea de ropa de entrenamiento. Aparentemente había conseguido hacer que pareciera toda una superheroína ¡Una superheroína!
A Daigo se le iluminaron los ojos mientras se imaginaba a sí mismo como un superhéroe, luciendo una capa que ondeaba al viento de forma dramática y vistiendo un espectacular y colorido traje de esos que llamaban mucho y que definitivamente ningún ninja debería llevar.
«¡Pero se vería tan genial!»
Se imaginó a sí mismo mucho más grande y fuerte de lo que era mientras salvaba vidas con una brillante sonrisa que todavía mantenía todos sus dientes intactos.
Ah, sí, y la conversación siguió, pero el chico no se enteró hasta que Kuumi empezó a hablar de los próximos combates.
—Ah —reaccionó Daigo luego de que el Inuzuka respondiese—. ¿Has aprendido el Ningen no Tate? Te podría venir muy bien si peleas contra ese espadachín.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.