28/05/2020, 15:30
Hana llevaba una cesta con ruedas e iba echando cosas según las veía. Vio como Ren cogía una bolsa de patatas de reojo, en comparación a su surtido de chocolates, galletas y frutos secos. No todos eran para ella, obviamente, su padre siempre acababa comiendose más de la mitad. Sin embargo, la muy asquerosa no lo puso en el cesto, sino que se lo quedó en el sobaco, con claras intenciones de ir por su lado. COMO SIEMPRE.
— ¿No quieres nada más? Piensa que mañana es domingo y no habrá nada abierto. Y pon eso en la cesta. — entonces se percató de que estaba hablandole bien, después de lo que le había soltado la muy asquerosa al salir de casa. — Si... si quieres, eh. Pero tú no vas a pagar nada, que te veo venir. — frunció el ceño apartando la mirada, avergonzada por preocuparse de la tonta aquella.
— ¿No quieres nada más? Piensa que mañana es domingo y no habrá nada abierto. Y pon eso en la cesta. — entonces se percató de que estaba hablandole bien, después de lo que le había soltado la muy asquerosa al salir de casa. — Si... si quieres, eh. Pero tú no vas a pagar nada, que te veo venir. — frunció el ceño apartando la mirada, avergonzada por preocuparse de la tonta aquella.