30/05/2020, 15:45
(Última modificación: 30/05/2020, 15:46 por Eikyuu Juro.)
Juro observó desde la distancia como Datsue hacia su trabajo. Cuando la prueba pareció terminar, un hombre rubio apareció y anunció que la siguiente prueba continuaría ahí, en ese mismo momento. Juro se quedó asombrado: ¿No necesitaban los participantes descansar un poco después de la tarea? El marionetista supuso que además de su capacidad de decorar y herrar, lo que en realidad estaban probando era su capacidad de aguante en la tarea.
« Afortunadamente, Datsue es un shinobi más que entrenado. Podrá aguantarlo perfectamente » — pensó, para sí, aliviado.
Lo lamentó por los demás. Supuso que si se habían metido en una competición así, tendrían la suficiente capacidad. En otro caso, bueno, cuantos menos participantes pudieran seguir, mejor para ellos. La nueva tarea desde luego, no era sencilla. Había que organizar con una decoración floral el diseño del arma, de una manera libre, además de buscar un característico y un nombre que fuera curioso. Un nombre con historia.
Kazuma le habló, sacándole de sus pensamientos. Iba a ir a por algo de comer. Sonrió para sí. Menos mal que tenía a un buen alumno.
— De acuerdo. Gracias, Kazuma-kun — afirmó. Así sería más fácil hablar con Datsue sin miedo a que le pillara, aunque se sintió mal deseando que su alumno se marchara.
Tras darse la vuelta e irse, activó el sello.
— ¿Tienes alguna idea de qué hacer con las flores? — susurró Juro, al oído —. Cuando ha hablado de nombres, no he podido acordarme de uno sobre el que leí en un pequeño libro de bolsillo de la biblioteca de mi aldea. "Égida". Un arma forjada por los dioses , capaz de otorgar invulnerabilidad a su portador. A veces se representaba como un escudo u otras como una lanza, pero creo que pillas el simbolismo, ¿no?
Juro hubiera querido hablar o explicarle más, pero entonces, se dio cuenta de algo. Ella. Estaba en la primera fila estaba la saboteadora. Se mordió el labio inferior.
— En la primera fila está la misma mujer de la otra prueba. Voy a aproximarme a ella camuflado — susurró, describiéndole exactamente su posición.
Se disculpó mentalmente con su alumno y dejó un pequeño papel en sus asientos, con la palabra "Ocupados". Después, cuidadosamente se marchó a un lugar apartado y entonces, realizó la transformación. Cuando salió, ya no era Juro, sino un hombre adulto, más alto y curtido. Tenía una densa barba negra y el pelo corto y rapado al raso. Vestía una túnica negra, de forma que le ayudaba a pasar desapercibido.
« Ya sabe como es mi rostro. Si vuelve a pillarme intentando detenerla, probablemente sospechará » — La verdad es que después del puñetazo que le había soltado, temía que al verle, se iniciara otra confrontación. No es que le tuviera miedo a una ninja de pacotilla, pero prefería evitar conflictos innecesarios, por el momento.
Se aproximó, cuidadosamente, a la primera fila. Trató de que no le vieran, pero no le quitó ojo de encima, a la espera de su siguiente movimiento.
« Afortunadamente, Datsue es un shinobi más que entrenado. Podrá aguantarlo perfectamente » — pensó, para sí, aliviado.
Lo lamentó por los demás. Supuso que si se habían metido en una competición así, tendrían la suficiente capacidad. En otro caso, bueno, cuantos menos participantes pudieran seguir, mejor para ellos. La nueva tarea desde luego, no era sencilla. Había que organizar con una decoración floral el diseño del arma, de una manera libre, además de buscar un característico y un nombre que fuera curioso. Un nombre con historia.
Kazuma le habló, sacándole de sus pensamientos. Iba a ir a por algo de comer. Sonrió para sí. Menos mal que tenía a un buen alumno.
— De acuerdo. Gracias, Kazuma-kun — afirmó. Así sería más fácil hablar con Datsue sin miedo a que le pillara, aunque se sintió mal deseando que su alumno se marchara.
Tras darse la vuelta e irse, activó el sello.
— ¿Tienes alguna idea de qué hacer con las flores? — susurró Juro, al oído —. Cuando ha hablado de nombres, no he podido acordarme de uno sobre el que leí en un pequeño libro de bolsillo de la biblioteca de mi aldea. "Égida". Un arma forjada por los dioses , capaz de otorgar invulnerabilidad a su portador. A veces se representaba como un escudo u otras como una lanza, pero creo que pillas el simbolismo, ¿no?
Juro hubiera querido hablar o explicarle más, pero entonces, se dio cuenta de algo. Ella. Estaba en la primera fila estaba la saboteadora. Se mordió el labio inferior.
— En la primera fila está la misma mujer de la otra prueba. Voy a aproximarme a ella camuflado — susurró, describiéndole exactamente su posición.
Se disculpó mentalmente con su alumno y dejó un pequeño papel en sus asientos, con la palabra "Ocupados". Después, cuidadosamente se marchó a un lugar apartado y entonces, realizó la transformación. Cuando salió, ya no era Juro, sino un hombre adulto, más alto y curtido. Tenía una densa barba negra y el pelo corto y rapado al raso. Vestía una túnica negra, de forma que le ayudaba a pasar desapercibido.
« Ya sabe como es mi rostro. Si vuelve a pillarme intentando detenerla, probablemente sospechará » — La verdad es que después del puñetazo que le había soltado, temía que al verle, se iniciara otra confrontación. No es que le tuviera miedo a una ninja de pacotilla, pero prefería evitar conflictos innecesarios, por el momento.
Se aproximó, cuidadosamente, a la primera fila. Trató de que no le vieran, pero no le quitó ojo de encima, a la espera de su siguiente movimiento.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60