4/06/2020, 02:51
Uno de los tajos conectó. «Bien.» Pero al contrario de lo que se imaginaba el kazejin que iba a pasar ella no probó a cortar a la marioneta con su filo, sino que le hizo una llave a Mono. «No era lo que me esperaba... Pero me vale igual.»
El artefacto de combate calló al suelo, impactando su cabeza contra el suelo. La madera crujió, incluso una grieta apareció por casi la totalidad de su cara. Un golpe así al genin del Remolino le hubiera dejado un rato desorientado, pero aquello era una marioneta y únicamente reaccionaba a los movimientos de los hilos. Takumi no esperó ni un segundo desde que su creación impactó en el suelo, movió levemente sus dedos con precisión y una de las manos del macaco apuntó hacia la espadachina, acto seguido una nube de humo púrpura salió disparada de la palma de su mano hacia Ren buscando engullirla por completo, cubriendo seis metros de largo por tres de ancho.
Aprovechando este elemento sorpresa intentaría clavar las garras del simio de tejo en los gemelos de la amejin y, acertara o no, mandaría rápidamente a su marioneta de vuelta junto a él, retirándola de todo peligro ahora que la visión se complicaba momentáneamente con la nube de humo tóxico. Se quedaría esperando a la reacción de su contrincante en pose defensiva.
El artefacto de combate calló al suelo, impactando su cabeza contra el suelo. La madera crujió, incluso una grieta apareció por casi la totalidad de su cara. Un golpe así al genin del Remolino le hubiera dejado un rato desorientado, pero aquello era una marioneta y únicamente reaccionaba a los movimientos de los hilos. Takumi no esperó ni un segundo desde que su creación impactó en el suelo, movió levemente sus dedos con precisión y una de las manos del macaco apuntó hacia la espadachina, acto seguido una nube de humo púrpura salió disparada de la palma de su mano hacia Ren buscando engullirla por completo, cubriendo seis metros de largo por tres de ancho.
Aprovechando este elemento sorpresa intentaría clavar las garras del simio de tejo en los gemelos de la amejin y, acertara o no, mandaría rápidamente a su marioneta de vuelta junto a él, retirándola de todo peligro ahora que la visión se complicaba momentáneamente con la nube de humo tóxico. Se quedaría esperando a la reacción de su contrincante en pose defensiva.