5/06/2020, 13:29
— Habrán saltado los fusibles, vamos a echar un vistazo
Hana abrió la boca para decirle que no tenía ni santa idea de donde estaba el cuadro de luces. Normalmente era su padre el que devolvía la luz en ocasiones como esta, ella estaba ocupada siendo una bolita en el sofá. Sin embargo, la barbara y energumena de Ren era más avispada de lo que Hana hubiera podido sospechar jamás.
No solo sabía donde estaba el cuadro sino que sabía en qué orden estaban las palanquitas.
— El general esta bajado, a ver si simplemente ha sido un corte y subiendolo vuelve
La había seguido sin despegarse de ella ni un milimetro, incluso acercando su mejilla al hombro de Ren. Cuando la morena alzó el general, pegó un grito mayúsculo.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH
— AAAAAAAAAAAAAAAAAH — imitó Hana con un tono mucho más agudo, de puro panico.
Dio un bote del susto que la obligó a soltar a Ren y al aterrizar, resbaló y cayó de culo al suelo. Entonces su hermanastra la miró con total normalidad y le habló como sino hubiese pasado nada. Hana, que había tenido un pequeño infarto pensando que le había pasado algo a Ren, no se lo tomó demasiado bien.
— Es broma, no funciona; ni esta ni ninguna
Se levantó de golpe, distinguiendo levemente la figura de Ren en la oscuridad y se giró a ella sin saber si temblaba de miedo o de rabia ya.
— ¡ERES UNA IMBECIL! ¡ME HAS PREOCUPADO, IDIOTA! SI TE LLEGA A PASAR ALGO YO... BAH, HAZTE TÚ LA CENA Y METETELA POR DONDE TE QUEPA. — se giró, dispuesta a encontrar su habitación en la oscuridad.
Fue bastante anticlimatico y vergonzoso que después de esa bronca y de intentar hacer una salida rápida tuviese que ir pasito a pasito con cuidado de no chocarse contra nada y orientarse por la casa. Encima, empezarían a oirse gotas cayendo contra el suelo, ya había empezado a llorar y ni siquiera se había enterado.
Se mordió el labio intentando contenerse. Justo entonces resonaron no uno ni dos sino tres truenos seguidos. Hana apoyó la espalda en una pared y se dejó caer hasta que su culo volvió al suelo. Se hizo un ovillo, pegando su cara en sus rodillas y tapandose los oidos con las manos. ¿Por qué le pasaba eso a ella? ¿Por qué tenía que compartir aquella experiencia con una insensible que se burlaba de ella y de su miedo? Como si aquello no fuese suficiente.
Lloró tan silenciosamente como pudo, esperando que Ren se marchase para poder dejar de contenerse.
Hana abrió la boca para decirle que no tenía ni santa idea de donde estaba el cuadro de luces. Normalmente era su padre el que devolvía la luz en ocasiones como esta, ella estaba ocupada siendo una bolita en el sofá. Sin embargo, la barbara y energumena de Ren era más avispada de lo que Hana hubiera podido sospechar jamás.
No solo sabía donde estaba el cuadro sino que sabía en qué orden estaban las palanquitas.
— El general esta bajado, a ver si simplemente ha sido un corte y subiendolo vuelve
La había seguido sin despegarse de ella ni un milimetro, incluso acercando su mejilla al hombro de Ren. Cuando la morena alzó el general, pegó un grito mayúsculo.
AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH
— AAAAAAAAAAAAAAAAAH — imitó Hana con un tono mucho más agudo, de puro panico.
Dio un bote del susto que la obligó a soltar a Ren y al aterrizar, resbaló y cayó de culo al suelo. Entonces su hermanastra la miró con total normalidad y le habló como sino hubiese pasado nada. Hana, que había tenido un pequeño infarto pensando que le había pasado algo a Ren, no se lo tomó demasiado bien.
— Es broma, no funciona; ni esta ni ninguna
Se levantó de golpe, distinguiendo levemente la figura de Ren en la oscuridad y se giró a ella sin saber si temblaba de miedo o de rabia ya.
— ¡ERES UNA IMBECIL! ¡ME HAS PREOCUPADO, IDIOTA! SI TE LLEGA A PASAR ALGO YO... BAH, HAZTE TÚ LA CENA Y METETELA POR DONDE TE QUEPA. — se giró, dispuesta a encontrar su habitación en la oscuridad.
Fue bastante anticlimatico y vergonzoso que después de esa bronca y de intentar hacer una salida rápida tuviese que ir pasito a pasito con cuidado de no chocarse contra nada y orientarse por la casa. Encima, empezarían a oirse gotas cayendo contra el suelo, ya había empezado a llorar y ni siquiera se había enterado.
Se mordió el labio intentando contenerse. Justo entonces resonaron no uno ni dos sino tres truenos seguidos. Hana apoyó la espalda en una pared y se dejó caer hasta que su culo volvió al suelo. Se hizo un ovillo, pegando su cara en sus rodillas y tapandose los oidos con las manos. ¿Por qué le pasaba eso a ella? ¿Por qué tenía que compartir aquella experiencia con una insensible que se burlaba de ella y de su miedo? Como si aquello no fuese suficiente.
Lloró tan silenciosamente como pudo, esperando que Ren se marchase para poder dejar de contenerse.