9/06/2020, 00:07
La amejin se ató la bandana a la frente y agarró su bokken en una pose defensiva. El de gafas mientras conectó sus hojas a hilos de chakra plateado, estaba sopesando que manera sería la mejor para actuar aunque tampoco es que le quedaran muchas opciones. «Tengo que conseguir cansarla más, o distraerla de algún modo...»
Entonces el marionetista lanzó velozmente sus kunais hacia la espadachina, los cuales volaron erráticamente hasta que, a un metro de ella, uno de los filos se dirigió desde arriba hacia su cara y, el restante, desde ras del suelo hasta su abdomen. Confiaba que con su reducida movilidad no pudiera defenderse de los dos a la vez.
Entonces el marionetista lanzó velozmente sus kunais hacia la espadachina, los cuales volaron erráticamente hasta que, a un metro de ella, uno de los filos se dirigió desde arriba hacia su cara y, el restante, desde ras del suelo hasta su abdomen. Confiaba que con su reducida movilidad no pudiera defenderse de los dos a la vez.