11/06/2020, 14:45
— Ya, ya me imagino, pero gracias por decírmelo. — finalmente, Hogo volvió a su puesto y Hana se giró a Ren. — ¿Vamos?
Que bien, ya la había metido de lleno en sus mierdas. De hecho, Ren no se había fijado de la hora en ningún momento, seguramente hubiera podido dormir un par de minutos más o haber desayunado más tranquilamente; pero no, a princesita tenía que estar de inmediato en su segundo palacio. Y en la propia entrada una chica salto a recibirlas, o más bien a su reina, como un perro cuando volvía a ver a su dueño.
Ren no le prestó mucha atención, se dedicó a estar de brazos cruzados y mirar de un lado a otro, hasta que lo vio. Ella no llevaba falda; y el rostro de la morena pareció perder cualquier signo de expresión. ¿Por qué? ¿Por qué ella podía? ¿Tenía ese estúpido permiso? Por lo menos iba a enseñarle las instalaciones, así podría dejar de llevar la bolsa de kendo de un lado a otro
— Oye, ¿Por qué...? — intentó preguntarle por qué ella no llevaba la falda reglamentaria, sobre todo cuando a una chica como ella le quedaría realmente bien; pero saltaría como una víbora.
— ¿Se puede saber quien eres? ¡Una recién llegada pegadita a la presidenta! No sé qué esperas, pero el consejo no tiene ningún poder sobre las elecciones de los clubs. No va a poder enchufarte en Kendo, petarda, búscate otro hobby.
«¿PERO Qué COJONES? Y A ESTA QUE LE PASA» pensó torciendo el gesto sorprendida.
— ¡Me apuntaré a donde me dé la gana! Que tenga el consejo o no fuerza sobre los clubs me la suda. Solo iba con Han porque somos familia; mocosa — le hubiera respondido mil veces más borde si no llega a ser porque le resultaba bastante mona.
Que bien, ya la había metido de lleno en sus mierdas. De hecho, Ren no se había fijado de la hora en ningún momento, seguramente hubiera podido dormir un par de minutos más o haber desayunado más tranquilamente; pero no, a princesita tenía que estar de inmediato en su segundo palacio. Y en la propia entrada una chica salto a recibirlas, o más bien a su reina, como un perro cuando volvía a ver a su dueño.
Ren no le prestó mucha atención, se dedicó a estar de brazos cruzados y mirar de un lado a otro, hasta que lo vio. Ella no llevaba falda; y el rostro de la morena pareció perder cualquier signo de expresión. ¿Por qué? ¿Por qué ella podía? ¿Tenía ese estúpido permiso? Por lo menos iba a enseñarle las instalaciones, así podría dejar de llevar la bolsa de kendo de un lado a otro
— Oye, ¿Por qué...? — intentó preguntarle por qué ella no llevaba la falda reglamentaria, sobre todo cuando a una chica como ella le quedaría realmente bien; pero saltaría como una víbora.
— ¿Se puede saber quien eres? ¡Una recién llegada pegadita a la presidenta! No sé qué esperas, pero el consejo no tiene ningún poder sobre las elecciones de los clubs. No va a poder enchufarte en Kendo, petarda, búscate otro hobby.
«¿PERO Qué COJONES? Y A ESTA QUE LE PASA» pensó torciendo el gesto sorprendida.
— ¡Me apuntaré a donde me dé la gana! Que tenga el consejo o no fuerza sobre los clubs me la suda. Solo iba con Han porque somos familia; mocosa — le hubiera respondido mil veces más borde si no llega a ser porque le resultaba bastante mona.