12/06/2020, 11:24
— Oh, ya veo, y tú has visto la oportunidad de acercarte a ella aprovechando, ¿no? Muy bonito, sí, tan rastrero que a mi me daría vergüenza pero sí, bonito.
Ya había cruzado su límite. Odiaba que la mirasen por el hombro, y aquella chica que le parecía adorable y bastante mona, paso a ser repelente y pomposa. Definitivamente a ella también le gustaba Hana, y si quería pelear, se la pensaba dar; consiguiera al final salir con la rubia o no, tocar las narices era una de sus especialidades.
— En fin, dejemos de hablar de ti y de Hana, que para cosas imposibles ya tenemos tu feminidad y vamos al dojo de Kendo.
— Para ser imposible, bien que gritaba el otro día que hubo tormenta. Suerte que los truenos lo camuflaban todo, hubiera sido un problema que nos escuchasen — comentó siguiéndola, mientras trasteaba su móvil.
Ya había cruzado su límite. Odiaba que la mirasen por el hombro, y aquella chica que le parecía adorable y bastante mona, paso a ser repelente y pomposa. Definitivamente a ella también le gustaba Hana, y si quería pelear, se la pensaba dar; consiguiera al final salir con la rubia o no, tocar las narices era una de sus especialidades.
— En fin, dejemos de hablar de ti y de Hana, que para cosas imposibles ya tenemos tu feminidad y vamos al dojo de Kendo.
— Para ser imposible, bien que gritaba el otro día que hubo tormenta. Suerte que los truenos lo camuflaban todo, hubiera sido un problema que nos escuchasen — comentó siguiéndola, mientras trasteaba su móvil.