12/06/2020, 15:38
— ¡M-M-M-Me llamo Ren; H-H-Himura Ren!
Cuando Ren entrase se daría cuenta de que la principal habitación del edificio era enorme, rodeada por puertas en vez de paredes. Una de las puertas estaba abierta de par en par, dejando que entrase muchísima luz. Cuando se acercase vería que ese lado del edificio daba a un pequeño jardín y Tsuki estaba sentada sobre la tarima, de cara al estanque que había en el centro del jardín.
— Himura, ¿eh? Eres pariente de Hana supongo. Ahora entiendo muchas cosas. — se rió brevemente antes de informar a Ren — Verás, Ren-chan. Me encantaría hacerte una breve demostración de cómo es el kendo en esta escuela. Sin embargo, alguien me advirtió que una chica muy maleducada vendría pidiendome cosas. Si no me hubiese dicho el nombre, jamás hubiese sospechado de ti, con esa carita no puedo ni imaginarte siendo maleducada.
Tsuki acarició lentamente la espada de kendo que descansaba sobre su regazo.
— En fin, prometí esperarme a las pruebas de acceso antes de empezar a entrenar o combatir. Pero si quieres puedes pasarte cuando quieras, podemos tomar el té o... — se paró un momento a guiñarle un ojo a Ren. — hacer otras cosas.
Justo entonces, el shishi odoshi que había en el centro del estanque se lleno, cayendo y golpeando bambú contra bambú. Eso no hizo que Tsuki siquiera parpadease, con la mirada clavada en los ojos de Ren.
Cuando Ren entrase se daría cuenta de que la principal habitación del edificio era enorme, rodeada por puertas en vez de paredes. Una de las puertas estaba abierta de par en par, dejando que entrase muchísima luz. Cuando se acercase vería que ese lado del edificio daba a un pequeño jardín y Tsuki estaba sentada sobre la tarima, de cara al estanque que había en el centro del jardín.
— Himura, ¿eh? Eres pariente de Hana supongo. Ahora entiendo muchas cosas. — se rió brevemente antes de informar a Ren — Verás, Ren-chan. Me encantaría hacerte una breve demostración de cómo es el kendo en esta escuela. Sin embargo, alguien me advirtió que una chica muy maleducada vendría pidiendome cosas. Si no me hubiese dicho el nombre, jamás hubiese sospechado de ti, con esa carita no puedo ni imaginarte siendo maleducada.
Tsuki acarició lentamente la espada de kendo que descansaba sobre su regazo.
— En fin, prometí esperarme a las pruebas de acceso antes de empezar a entrenar o combatir. Pero si quieres puedes pasarte cuando quieras, podemos tomar el té o... — se paró un momento a guiñarle un ojo a Ren. — hacer otras cosas.
Justo entonces, el shishi odoshi que había en el centro del estanque se lleno, cayendo y golpeando bambú contra bambú. Eso no hizo que Tsuki siquiera parpadease, con la mirada clavada en los ojos de Ren.