21/06/2020, 21:45
El ritual parecía estar acabando y aparecieron desde donde habían entrado las miko y los guardianes otro par de samuráis, pero estos parecían mucho más jóvenes, puede que fueran nuevos reclutas. Las sacerdotisas habían acabado completamente y se colocaron en fila detrás del primer par de samuráis, los últimos que habían llegado se colocaron detrás de la última joven y comenzaron a marchar hacia la salida del templo. Los espectadores del espectáculo comenzaron a apartarse a los lados para dejar pasar a la comitiva. Cuando los dos últimos samuráis estaban a la altura de los genins comenzaron a charlar y a estos no les costó mucho escuchar de la conversación.
—Oye Yasu, ¿nuestra próxima guardia era en Sendōshi no?
—Sí, en una hora tenemos que estar en la fragua de Tetsugumo Kyōshirō, es la primera vez que va a mostrar algo al público desde que volvió del País del Hierro hace tres años. Parece que va a presentar armas y armaduras samurái inspiradas directamente en sus vivencias en aquella gélida isla.
—¡Dahahahahaha! —Se rió con una peculiar risa. —A ver si hay suerte y deja probar ahí mismo alguna de sus creaciones.
Las sacerdotisas y sus defensores desaparecieron por la puerta del templo, entonces el de gafas miró a la amejin.
—Parece interesante esa exposición, ¿quieres ir?
—Oye Yasu, ¿nuestra próxima guardia era en Sendōshi no?
—Sí, en una hora tenemos que estar en la fragua de Tetsugumo Kyōshirō, es la primera vez que va a mostrar algo al público desde que volvió del País del Hierro hace tres años. Parece que va a presentar armas y armaduras samurái inspiradas directamente en sus vivencias en aquella gélida isla.
—¡Dahahahahaha! —Se rió con una peculiar risa. —A ver si hay suerte y deja probar ahí mismo alguna de sus creaciones.
Las sacerdotisas y sus defensores desaparecieron por la puerta del templo, entonces el de gafas miró a la amejin.
—Parece interesante esa exposición, ¿quieres ir?