25/06/2020, 19:55
Claro, desactivar el Código Rojo. ¡Sencillo! muy sencillo. Kaido bufó, descartando la idea de inmediato. Eso era imposible para unos perseguidos como ellos.
La única opción viable era evitar la niebla. Kaido había pensado en que Sukyū quizás conocía alguna especie de túnel subterráneo, o un camino techado que pudieran usar las mafias para camuflar sus negocios —es algo que él haría, desde el punto de vista criminal—. pero al parecer, no tenía conocimiento de que algo así existiera. Por suerte a Otohime pareció tener un chispazo repentino y mencionó el Gofū Kekkai. Los ojos de Kaido se entrecerraron en un gesto inequívoco de confusión. Todo lo que tuviera que ver con el fūinjutsu le era absurdamente desconocido, pero si ella decía que podía ser útil, no iba a llevarle la contraria.
Kaido se sentó, emulando a Money, y se permitió reposar la espalda. Vaya que llevaban un día de mierda, de faena en faena.
—Esperemos que lo que tenga en mente funcione, o su inutilidad en este viaje la perseguirá de por vida —dijo convencido—. y por Akame yo no me preocuparía. Nos ha estado salvando el culo desde que atracamos en la isla, así que si hay alguien capaz de laurear a estos hijos de putas es él. No te extrañe que sea el primero en llegar, incluso, a los aposentos de este cabrón.
La única opción viable era evitar la niebla. Kaido había pensado en que Sukyū quizás conocía alguna especie de túnel subterráneo, o un camino techado que pudieran usar las mafias para camuflar sus negocios —es algo que él haría, desde el punto de vista criminal—. pero al parecer, no tenía conocimiento de que algo así existiera. Por suerte a Otohime pareció tener un chispazo repentino y mencionó el Gofū Kekkai. Los ojos de Kaido se entrecerraron en un gesto inequívoco de confusión. Todo lo que tuviera que ver con el fūinjutsu le era absurdamente desconocido, pero si ella decía que podía ser útil, no iba a llevarle la contraria.
Kaido se sentó, emulando a Money, y se permitió reposar la espalda. Vaya que llevaban un día de mierda, de faena en faena.
—Esperemos que lo que tenga en mente funcione, o su inutilidad en este viaje la perseguirá de por vida —dijo convencido—. y por Akame yo no me preocuparía. Nos ha estado salvando el culo desde que atracamos en la isla, así que si hay alguien capaz de laurear a estos hijos de putas es él. No te extrañe que sea el primero en llegar, incluso, a los aposentos de este cabrón.