27/06/2020, 23:23
Parecía que, de nuevo, no había nadie en la enfermería aparte de Ren. Estaría unos minutos en completo silencio, más allá del ruido de cháchara fuera de la habitación. Por suerte, aquel sonido de fondo no parecía dolerle tanto.
Hasta que de pronto, oiría algo parecido a una estampida, pasos acelerados acercandose a la puerta de la enfermeria. Entonces, la puerta se abriría de golpe y Hana entraría en la habitación.
— ¡Ren! — se fue directa a la cama sobre la que descansaba su hermanastra, con intención de abrazarla con fuerza.
Consiguió pararse a tiempo, aunque había abierto los brazos y todo, retrocedió y se cruzó de brazos.
— M-me has preocupado, quiero decir... — apartó la mirada, ruborizada — Que no quería que te pasase nada malo, por no tener que contarselo a nuestros padres y eso.
Se rascó la nuca, sin saber muy bien cómo actuar ante Ren, había demasiados factores a tener en cuenta. Eran famiia, pero apenas la conocía y lo que sabía de ella la apasionaba y enfadaba a partes iguales. Siempre tenía que buscar el punto entre quererla y odiarla y era dificil ya de por sí, cuando encima Ren la mareaba aún más.
— ¿E-estás bien? — al final la preocupación se le escapó por los poros, devolviendo la mirada a Ren.
Hasta que de pronto, oiría algo parecido a una estampida, pasos acelerados acercandose a la puerta de la enfermeria. Entonces, la puerta se abriría de golpe y Hana entraría en la habitación.
— ¡Ren! — se fue directa a la cama sobre la que descansaba su hermanastra, con intención de abrazarla con fuerza.
Consiguió pararse a tiempo, aunque había abierto los brazos y todo, retrocedió y se cruzó de brazos.
— M-me has preocupado, quiero decir... — apartó la mirada, ruborizada — Que no quería que te pasase nada malo, por no tener que contarselo a nuestros padres y eso.
Se rascó la nuca, sin saber muy bien cómo actuar ante Ren, había demasiados factores a tener en cuenta. Eran famiia, pero apenas la conocía y lo que sabía de ella la apasionaba y enfadaba a partes iguales. Siempre tenía que buscar el punto entre quererla y odiarla y era dificil ya de por sí, cuando encima Ren la mareaba aún más.
— ¿E-estás bien? — al final la preocupación se le escapó por los poros, devolviendo la mirada a Ren.