5/07/2020, 22:21
(Última modificación: 6/07/2020, 00:42 por Sagiso Ranko. Editado 1 vez en total.
Razón: Corrección de redacción cuando hablo de que los amigos no mienten.
)
Ranko gritó mentalmente de la emoción. Se imaginó a Ayame y a un chico sin rostro, presuntamente Daruu, luchando espalda contra espalda en una batalla épica contra un ejército de malvados. Tan genial y tan romántico. Surgió un fuerte deseo de enfrentarse a Ayame en batalla, aunque fuese mil veces más fuerte que ella. Sin embargo, hubo una vocecilla, un susurro lejano en la parte de atrás de su cabeza que soltó un pensamiento muy quedamente:
”Qué lastima…”
Pero antes de que pudiese responder a su propio pensar, la pregunta de la Amejin le tomó por sorpresa completamente.
—Oh, ¿y-yo? ¿P-pareja? —No pudo evitar sonrojarse intensamente. Pasó a la caja y entregó sus prendas, junto con el dinero correspondiente. Luego recibió con mano ligeramente temblorosa la bolsa de papel con sus artículos —. N-no. No tengo pareja y...
La última pregunta de Ayame le hizo ponerse incluso más nerviosa, pues no estaba segura de si sabía la respuesta.
”¿Me gusta alguien? Bueno, me caen bien muchas personas, como Kazuma-san o Daigo-san… Pero… ¿gustar? ¿Gustar?”
Hubo un par de personas que se materializaron ante sus ojos. La primera fue Aburame Mei, aunque fue más como una memoria distante. No, estaba segura de que ya no le gustaba como antes, después de haberla dejado plantada en Yukio. La segunda persona fue, curiosamente, otra Aburame, Yondaime Morikage. Casi rió mentalmente. La consideraba una mujer ejemplar y la admiraba bastante, a pesar de lo estricta que era. Pero no sería más que admiración por una líder supergenial ¿no? La tercera persona no se materializó, pues ya estaba allí. Su rostro alcanzó un tono récord de rojo.
”¿¿Ayame-san?? N-no, digo… Digo, es linda. Y fuerte. Y su voz es hermosa. ¡Y es poderosa! Y es agradable estar con ella. Y es muy amable. Y… Y…”
Tragó saliva. Se dio cuenta de que todo este rato había estado mirando a los orbes de la Amejin sin querer.
—Ah… ah… y-yo… ¿s-si me gu-gusta a-alguien? Ah… Ahm…
”CIELOS, RANKO. No puedo decirle eso, porque no estoy segura de ello. ¡Pero tampoco puedo mentirle a una amiga! ¡Los amigos no mienten —ni los héroes! ¿Qué hago? ¡Di algo! ¡Di algo ya, antes de que se haga más incómodo!”
—S-s-solía… Solía tener a alguien —Bajó la mirada al suelo, mientras sus dedos jugueteaban con las tiras de la bolsa —. M-m-me solía… Me solía gustar alguien. D-de Uzushiogakure. P-pero… Pero… —Era la primera vez que hablaba de ello directamente con alguien. Ni siquiera Kuumi lo había escuchado así —. Q-quedamos de vernos y… s-simplemente no llegó. Yo esperé y… y… ¡a-ah! Lo siento n-n-no quisiera aburrirte co-con la historia…
Soltó una risita muy nerviosa. Una parte de ella estaba aliviada de poder contarlo, y otra esperaba haber podido desviar la pregunta exitosamente.
”Qué lastima…”
Pero antes de que pudiese responder a su propio pensar, la pregunta de la Amejin le tomó por sorpresa completamente.
—Oh, ¿y-yo? ¿P-pareja? —No pudo evitar sonrojarse intensamente. Pasó a la caja y entregó sus prendas, junto con el dinero correspondiente. Luego recibió con mano ligeramente temblorosa la bolsa de papel con sus artículos —. N-no. No tengo pareja y...
La última pregunta de Ayame le hizo ponerse incluso más nerviosa, pues no estaba segura de si sabía la respuesta.
”¿Me gusta alguien? Bueno, me caen bien muchas personas, como Kazuma-san o Daigo-san… Pero… ¿gustar? ¿Gustar?”
Hubo un par de personas que se materializaron ante sus ojos. La primera fue Aburame Mei, aunque fue más como una memoria distante. No, estaba segura de que ya no le gustaba como antes, después de haberla dejado plantada en Yukio. La segunda persona fue, curiosamente, otra Aburame, Yondaime Morikage. Casi rió mentalmente. La consideraba una mujer ejemplar y la admiraba bastante, a pesar de lo estricta que era. Pero no sería más que admiración por una líder supergenial ¿no? La tercera persona no se materializó, pues ya estaba allí. Su rostro alcanzó un tono récord de rojo.
”¿¿Ayame-san?? N-no, digo… Digo, es linda. Y fuerte. Y su voz es hermosa. ¡Y es poderosa! Y es agradable estar con ella. Y es muy amable. Y… Y…”
Tragó saliva. Se dio cuenta de que todo este rato había estado mirando a los orbes de la Amejin sin querer.
—Ah… ah… y-yo… ¿s-si me gu-gusta a-alguien? Ah… Ahm…
”CIELOS, RANKO. No puedo decirle eso, porque no estoy segura de ello. ¡Pero tampoco puedo mentirle a una amiga! ¡Los amigos no mienten —ni los héroes! ¿Qué hago? ¡Di algo! ¡Di algo ya, antes de que se haga más incómodo!”
—S-s-solía… Solía tener a alguien —Bajó la mirada al suelo, mientras sus dedos jugueteaban con las tiras de la bolsa —. M-m-me solía… Me solía gustar alguien. D-de Uzushiogakure. P-pero… Pero… —Era la primera vez que hablaba de ello directamente con alguien. Ni siquiera Kuumi lo había escuchado así —. Q-quedamos de vernos y… s-simplemente no llegó. Yo esperé y… y… ¡a-ah! Lo siento n-n-no quisiera aburrirte co-con la historia…
Soltó una risita muy nerviosa. Una parte de ella estaba aliviada de poder contarlo, y otra esperaba haber podido desviar la pregunta exitosamente.
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