16/07/2020, 14:10
— Tranquilo. Lo entiendo — murmuró el muchacho, aún tratando de comprender lo que estaba pasando —. Gracias por la ayuda, Datsue.
El aviso de su compañero le había hecho ver de pronto muchas cosas, como el uso de clones que habían fingido ser parte del público (una estrategia bastante inteligente) o el desempeño del Uchiha en la prueba a la vez que vigilaba. Había confiado en él, pero también había desplegado sus propios medios de reconocimiento. Eso facilitaba las cosas. De hecho, le había salvado. Le debía una
Solo lo sintió por su alumno, que probablemente, no se estaría enterando de nada. No lo culpaba. Hasta hace poco rato, él andaba igual de perdido. Quizá si lo hubiera llevado consigo la cosa habría ido mejor, aunque lo dudó. Esa gente parecía mucho más preparada de lo que uno podría esperar.
Ya habría tiempo para explicaciones. Lo importante ahora era reunirse y hablar de lo que acababa de ocurrir.
Se encontraban en la posada de Datsue. Un lugar que parecía más seguro que cualquier establecimiento que pudieran encontrar cercano a la competición, donde hasta las paredes tenían ojos y oídos. Aún así, Juro comprobó como el Uchiha se cercioraba de que no hubiera nadie peligroso a su alrededor. El marionetista hizo lo propio, prometiendose así mismo que vigilaría correctamente. Aún se sentía avergonzado por lo que había pasado.
Juro estaba perplejo. Datsue parecía de un excelente humor (no solo ante la cerveza, sino en general) a pesar de lo que había sucedido. ¿Entrarían aquellos infortunios dentro de sus planes? ¿Tenía la clave para iluminar aquel misterio que les acechaba? Ya no solo la competición y los saboteadores, sino el origen de aquella venta ilegal de técnicas de tal calibre y el peligro que suponían.
«Debo reportar esto a la aldea en cuanto llegue »
Entonces, el chico dirigió una pregunta a su alumno. A sabiendas de que encontraría la respuesta a su incógnita ahí, decidió permanecer en silencio, dando pie a que su alumno contestara libremente.
El aviso de su compañero le había hecho ver de pronto muchas cosas, como el uso de clones que habían fingido ser parte del público (una estrategia bastante inteligente) o el desempeño del Uchiha en la prueba a la vez que vigilaba. Había confiado en él, pero también había desplegado sus propios medios de reconocimiento. Eso facilitaba las cosas. De hecho, le había salvado. Le debía una
Solo lo sintió por su alumno, que probablemente, no se estaría enterando de nada. No lo culpaba. Hasta hace poco rato, él andaba igual de perdido. Quizá si lo hubiera llevado consigo la cosa habría ido mejor, aunque lo dudó. Esa gente parecía mucho más preparada de lo que uno podría esperar.
Ya habría tiempo para explicaciones. Lo importante ahora era reunirse y hablar de lo que acababa de ocurrir.
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Se encontraban en la posada de Datsue. Un lugar que parecía más seguro que cualquier establecimiento que pudieran encontrar cercano a la competición, donde hasta las paredes tenían ojos y oídos. Aún así, Juro comprobó como el Uchiha se cercioraba de que no hubiera nadie peligroso a su alrededor. El marionetista hizo lo propio, prometiendose así mismo que vigilaría correctamente. Aún se sentía avergonzado por lo que había pasado.
Juro estaba perplejo. Datsue parecía de un excelente humor (no solo ante la cerveza, sino en general) a pesar de lo que había sucedido. ¿Entrarían aquellos infortunios dentro de sus planes? ¿Tenía la clave para iluminar aquel misterio que les acechaba? Ya no solo la competición y los saboteadores, sino el origen de aquella venta ilegal de técnicas de tal calibre y el peligro que suponían.
«Debo reportar esto a la aldea en cuanto llegue »
Entonces, el chico dirigió una pregunta a su alumno. A sabiendas de que encontraría la respuesta a su incógnita ahí, decidió permanecer en silencio, dando pie a que su alumno contestara libremente.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60