16/07/2020, 21:39
Ante el asentimiento de Ren, Hana se estiró sobre la cama a su lado. Entonces vio los ojos azulados de su hermanastra cristalinos por las lágrimas que se acumulaban en ellos. Lentamente la rodeó con sus brazos y la abrazó con fuerza, obligandola a apoyarse en su hombro.
— ¿Qué pasa, Ren? No me dices nada. ¿Te duele algo? Sea lo que sea, dejame ayudarte. Estoy aquí para ti. Somos hermanas, ¿no?
No sabía muy bien como consolar a Ren, era la última persona a la que esperaba tener que consolar algún día. Empezó a acariciar su cabeza con lentitud y cariño.
— ¿Qué pasa, Ren? No me dices nada. ¿Te duele algo? Sea lo que sea, dejame ayudarte. Estoy aquí para ti. Somos hermanas, ¿no?
No sabía muy bien como consolar a Ren, era la última persona a la que esperaba tener que consolar algún día. Empezó a acariciar su cabeza con lentitud y cariño.