21/07/2020, 15:48
Se había pasado toda la tarde y la noche estudiando, probando por A y por B. Y nada, no era capaz de sacar ni uno de los problemas que habían caido en el examen. Las preguntas sencillas eran faciles para ella, irrisorias incluso. Pero cuando casi todo eran problemas, pues estaba jodida.
Se quedó hasta las tantas dandole vueltas a uno de ellos y no se acercó ni un poco. Antes de irse a dormir se acercó a la cocina a por un vaso de agua fría y se quedó varios minutos mirando a Ren dormir en el sofá. Todo era tan sencillo cuando llegó a la casa, los primeros días del curso, todo el tiempo para ellas. Dejó el vaso lentamente en el fregadero y se fue a la cama, donde se pasó aproximadamente una hora dando vueltas sin ver una solución.
Entonces recordó el examen perfecto de Ren. No le quedaba más remedio que pedirle ayuda. No le gustaba la idea, no le gustaba nada, pero sería solo eso, un par de días de estudio o un par de consejos y ya. Nada personal y, desde luego, nada de besos. ¿Por qué pensaba en los besos? No, no, nada de eso. Fuera, estudiar y ya.
Pero al día siguiente, Ren no estaba. Era cierto que se había despertado más tarde de lo normal, es lo que tenía estudiar hasta las tantas. Su padre no tenía ni idea de donde estaba, pero la madre de Ren le dijo que estaba trabajando. Cuando insistió en donde solo le dijo que volvería más tarde, que no se preocupase.
Sin embargo, Hana no tenía suficiente. Necesitaba hablar con Ren ahora, no podía simplemente cruzarse de brazos y esperar que llegase su salvadora. Resopló solo de pensarlo. se vistió en un vestido de color salmón apastelado con unos volantes preciosos, llevaba una diadema negra con detalles rosados y unas sandalias blancas. Se marchó en busca de Ren.
Se pasó casi una hora dando vueltas como una idiota por la ciudad, asomandose en cada tienda, cada restaurante y cada posible sitio donde podría trabajar Ren. Y nada, obviamente. Justo cuando estaba desanimandose, el mundo la remató con una fuerte lluvia repentina.
Tuvo que meterse en el primer café que vio, un maid café. Se quedó en la puerta, no quería entrar, pero tampoco quería mojarse. A regañadientes, acabó entrando en el café, a la espera de que una de esas "maids" viniese a darle una mesa. Todo aquel sitio era un grito al machismo y todas esas cosas malas y también influía que no estaba precisamente contenta. Para una sola vez que necesita a Ren, desaparece en un empleo misterioso.
Se quedó hasta las tantas dandole vueltas a uno de ellos y no se acercó ni un poco. Antes de irse a dormir se acercó a la cocina a por un vaso de agua fría y se quedó varios minutos mirando a Ren dormir en el sofá. Todo era tan sencillo cuando llegó a la casa, los primeros días del curso, todo el tiempo para ellas. Dejó el vaso lentamente en el fregadero y se fue a la cama, donde se pasó aproximadamente una hora dando vueltas sin ver una solución.
Entonces recordó el examen perfecto de Ren. No le quedaba más remedio que pedirle ayuda. No le gustaba la idea, no le gustaba nada, pero sería solo eso, un par de días de estudio o un par de consejos y ya. Nada personal y, desde luego, nada de besos. ¿Por qué pensaba en los besos? No, no, nada de eso. Fuera, estudiar y ya.
Pero al día siguiente, Ren no estaba. Era cierto que se había despertado más tarde de lo normal, es lo que tenía estudiar hasta las tantas. Su padre no tenía ni idea de donde estaba, pero la madre de Ren le dijo que estaba trabajando. Cuando insistió en donde solo le dijo que volvería más tarde, que no se preocupase.
Sin embargo, Hana no tenía suficiente. Necesitaba hablar con Ren ahora, no podía simplemente cruzarse de brazos y esperar que llegase su salvadora. Resopló solo de pensarlo. se vistió en un vestido de color salmón apastelado con unos volantes preciosos, llevaba una diadema negra con detalles rosados y unas sandalias blancas. Se marchó en busca de Ren.
Se pasó casi una hora dando vueltas como una idiota por la ciudad, asomandose en cada tienda, cada restaurante y cada posible sitio donde podría trabajar Ren. Y nada, obviamente. Justo cuando estaba desanimandose, el mundo la remató con una fuerte lluvia repentina.
Tuvo que meterse en el primer café que vio, un maid café. Se quedó en la puerta, no quería entrar, pero tampoco quería mojarse. A regañadientes, acabó entrando en el café, a la espera de que una de esas "maids" viniese a darle una mesa. Todo aquel sitio era un grito al machismo y todas esas cosas malas y también influía que no estaba precisamente contenta. Para una sola vez que necesita a Ren, desaparece en un empleo misterioso.