22/07/2020, 21:32
— ¿Que? No
Hana sintió como revivían unas mariposas en su estomago que ni siquiera sabía que tenía
— Bueno... En parte sí... Quiero decir; supongo que malinterpreté tus sentimientos y... Lo siento... No debí haber hecho algo así, y mucho menos sin permiso...
Las mariposas estaban tan confusas como Hana de si debían existir y revolotear o volver a sus capullos para siempre. ¿Qué quería decir? ¿Ella quería o no? No podía pensar que malinterpretó nada si había sido la mismísima Hana la que le había dado el último beso. ¿Estaba poniendo excusas?
— Y-Ya había sido todo algo violento entre nosotras desde el principio pero ahora... Ahora lo es más... Y todo por mi culpa...
Abrió la boca para contestarle. Para decirle literalmente cualquier cosa. Sí que había sido culpa suya que todo se fuese al traste, pero no por las razones que se creía. Hana pensaba que simplemente había estado jugando con ella. Quería decirselo pero entonces algo encajó en la mente de la rubia. Había conseguido volver a tener a Ren a su lado, puede que temporalmente y seguramente se enfadase con ella muchisimo cuando le confesase la verdad. Porque ya no dudaba que la camarera de esa mañana había sido su hermanastra.
Llevaba todo el día dedicandole miradas tristes como si de un cachorrito cojo se tratase. Así que decidió seguir con su linea de aquel día y aprovecharse una vez más. De un manotazo, le quito el folio de las manos a Ren y empezó a gatear hacia ella. Estaban una enfrente de la otra así que ni siquiera tendría que dar dos gateos. La empujó contra el suelo y se le echó encima.
La puso entre ella y el suelo, tumbada y le colocó un brazo a cada lado de la cara. Se acercó muy lentamente, cerrando los ojos mientras sus labios se acercaban a los de Ren. Cuando estuvo a una distancia escasa, se detuvo unos segundos, disfrutando cada segundo de nerviosismo e incertidumbre. Entonces la besó con lentitud, con cariño y con delicadeza.
Un último beso antes de la bomba.
Hana sintió como revivían unas mariposas en su estomago que ni siquiera sabía que tenía
— Bueno... En parte sí... Quiero decir; supongo que malinterpreté tus sentimientos y... Lo siento... No debí haber hecho algo así, y mucho menos sin permiso...
Las mariposas estaban tan confusas como Hana de si debían existir y revolotear o volver a sus capullos para siempre. ¿Qué quería decir? ¿Ella quería o no? No podía pensar que malinterpretó nada si había sido la mismísima Hana la que le había dado el último beso. ¿Estaba poniendo excusas?
— Y-Ya había sido todo algo violento entre nosotras desde el principio pero ahora... Ahora lo es más... Y todo por mi culpa...
Abrió la boca para contestarle. Para decirle literalmente cualquier cosa. Sí que había sido culpa suya que todo se fuese al traste, pero no por las razones que se creía. Hana pensaba que simplemente había estado jugando con ella. Quería decirselo pero entonces algo encajó en la mente de la rubia. Había conseguido volver a tener a Ren a su lado, puede que temporalmente y seguramente se enfadase con ella muchisimo cuando le confesase la verdad. Porque ya no dudaba que la camarera de esa mañana había sido su hermanastra.
Llevaba todo el día dedicandole miradas tristes como si de un cachorrito cojo se tratase. Así que decidió seguir con su linea de aquel día y aprovecharse una vez más. De un manotazo, le quito el folio de las manos a Ren y empezó a gatear hacia ella. Estaban una enfrente de la otra así que ni siquiera tendría que dar dos gateos. La empujó contra el suelo y se le echó encima.
La puso entre ella y el suelo, tumbada y le colocó un brazo a cada lado de la cara. Se acercó muy lentamente, cerrando los ojos mientras sus labios se acercaban a los de Ren. Cuando estuvo a una distancia escasa, se detuvo unos segundos, disfrutando cada segundo de nerviosismo e incertidumbre. Entonces la besó con lentitud, con cariño y con delicadeza.
Un último beso antes de la bomba.