26/07/2020, 23:50
(Última modificación: 26/07/2020, 23:50 por Himura Hana.)
—El pasillo por donde llegamos está repleto de gas Además, no se espera que nadie a parte de nosotros y el ladrón salga de esta mina… Así que si vas por tu cuenta lo más probable es que se arme un malentendido bastante grande.
Lo cierto es que no le hizo ningún caso, siguió andando el pasillo. Estaba convencida de andarlo hasta el final siempre que le fuese físicamente posible. Sin embargo, no contaba con Ranko.
—¡E-espere, Violeta-san!
Si se lo hubiese ordenado hubiese seguido andando pero ahora riéndose. incluso si se lo hubiese dicho normal, no se hubiera parado. Sin embargo, Ranko prácticamente se lo estaba suplicando. Se detuvo un segundo y ya no se volvió a mover.
— Kazuma-san tiene razón. Yōgi-san, qui-quien nos encomendó la misión e-espera fuera… ¡y sus guardias! S-si viesen a Violeta-san salir, l-lo primero que pensarían s-sería que usted e-es la ladrona y le atacarían.
»Me gustaría llevar el cadáver con nosotros. Intentare sellarlo en un pergamino; si no, me lo tendré que llevar a rastras.
Kazuma ya se había puesto con el pergamino a sellar el cuerpo, tardaría un buen rato en hacerlo. Había una señora diferencia entre sellar armas y sellar cuerpos enteros, iba a tardar entre diez y quince minutos, pero podría. Sin embargo, Violeta no tenía tanto tiempo. Bueno, sí lo tenía, pero prefería aprovecharlo en vez de quedarse mirando a un fuinjutsero hacer cosas de fuinjutsu. Aún le daba escalofríos presenciar tal cosa.
— No necesito respirador, nunca lo he necesitado. Ven conmigo, Ranko-chan. Te enseñaré algo.
Se giró a Ranko, con una sonrisa infantil, es decir, inocente y divertida, le tendió la mano. No parecía albergar mala intención alguna, y le había dejado claro que iba a irse, con o sin ella. Ahora tenía la oportunidad de acompañarla o de quedarse a esperar a su compañero. Cualquiera que fuese su elección, Violeta acabaría de andar el pasillo, perdiéndose en la bajada.
Lo cierto es que no le hizo ningún caso, siguió andando el pasillo. Estaba convencida de andarlo hasta el final siempre que le fuese físicamente posible. Sin embargo, no contaba con Ranko.
—¡E-espere, Violeta-san!
Si se lo hubiese ordenado hubiese seguido andando pero ahora riéndose. incluso si se lo hubiese dicho normal, no se hubiera parado. Sin embargo, Ranko prácticamente se lo estaba suplicando. Se detuvo un segundo y ya no se volvió a mover.
— Kazuma-san tiene razón. Yōgi-san, qui-quien nos encomendó la misión e-espera fuera… ¡y sus guardias! S-si viesen a Violeta-san salir, l-lo primero que pensarían s-sería que usted e-es la ladrona y le atacarían.
»Me gustaría llevar el cadáver con nosotros. Intentare sellarlo en un pergamino; si no, me lo tendré que llevar a rastras.
Kazuma ya se había puesto con el pergamino a sellar el cuerpo, tardaría un buen rato en hacerlo. Había una señora diferencia entre sellar armas y sellar cuerpos enteros, iba a tardar entre diez y quince minutos, pero podría. Sin embargo, Violeta no tenía tanto tiempo. Bueno, sí lo tenía, pero prefería aprovecharlo en vez de quedarse mirando a un fuinjutsero hacer cosas de fuinjutsu. Aún le daba escalofríos presenciar tal cosa.
— No necesito respirador, nunca lo he necesitado. Ven conmigo, Ranko-chan. Te enseñaré algo.
Se giró a Ranko, con una sonrisa infantil, es decir, inocente y divertida, le tendió la mano. No parecía albergar mala intención alguna, y le había dejado claro que iba a irse, con o sin ella. Ahora tenía la oportunidad de acompañarla o de quedarse a esperar a su compañero. Cualquiera que fuese su elección, Violeta acabaría de andar el pasillo, perdiéndose en la bajada.