29/07/2020, 20:19
— T-Tal vez no es solo por eso... Que ya empiezo a tener hambre...
— Ah, oh, claro, comer, sí. — miró el reloj y comprobó que era tarde, mucho más de lo que ella pensaba.
Tonta, era tonta. ¿Cómo había podido olvidarse hasta de comer? Claro que tendría que parar tarde o temprano de estudiar. ¡No podía retener a Ren para siempre con esa mierda de excusa! Mañana haría el examen y ya no tendría ni excusa ni nada para estar con ella. Siguió el liderazgo de Ren, yendo a la cocina y preparando la comida mientras no paraba de cavilar sobre cómo excusarse para pasar tiempo con ella. Cualquier excusa para hacer algo juntas, necesitaba algo, lo que fuera.
Mientras comían, Hana estaba completamente enfrascada en su plan inexistente, incapaz de mirar a Ren sin pensar en que la perdía de nuevo. Fue entonces cuando sintió un golpe por debajo la mesa, retrasó los pies un poco, pensando que estaba molestando a alguien. Y aún así volvió a sentir el suave tacto de los pies de Ren y levantó la mirada. Se sonrojó al encontrarse con la sonrisa más adorable que había visto en su vida. Ren la miraba con una felicidad y una ilusión que Hana no podía rechazar.
Le devolvió la mirada y el golpecito, tímidamente.
Una vez acabada la comida, recogió todo mientras aún le daba vueltas al asunto. Con todo recogido, le hizo una seña a Ren para que la acompañase a la habitación y esperó que la siguiese. Una vez allí la encaró, jugueteando con un mechón salvaje de su aún despeinado cabello y sin mirarla a los ojos realmente.
— S-Sé q-qué debería e-estudiar y eso, pero... bueno... me preguntaba.. s-sí tú... querrías hacer otra cosa... — se paró ahí unos segundos, para después aclararlo más. — P-podemos ver una peli o-o leer mangas... O podemos hablar... P-puedes contarme qué tal el club de kendo, o cómo lo haces para tener el pelo tan brillante... O no... L-lo que tu quieras... Si quieres estudiamos... o algo...
Sentía que no había acabado ni una sola de las cosas que había dicho, siempre arrastrando el final como un escarabajo pelotero.
— Ah, oh, claro, comer, sí. — miró el reloj y comprobó que era tarde, mucho más de lo que ella pensaba.
Tonta, era tonta. ¿Cómo había podido olvidarse hasta de comer? Claro que tendría que parar tarde o temprano de estudiar. ¡No podía retener a Ren para siempre con esa mierda de excusa! Mañana haría el examen y ya no tendría ni excusa ni nada para estar con ella. Siguió el liderazgo de Ren, yendo a la cocina y preparando la comida mientras no paraba de cavilar sobre cómo excusarse para pasar tiempo con ella. Cualquier excusa para hacer algo juntas, necesitaba algo, lo que fuera.
Mientras comían, Hana estaba completamente enfrascada en su plan inexistente, incapaz de mirar a Ren sin pensar en que la perdía de nuevo. Fue entonces cuando sintió un golpe por debajo la mesa, retrasó los pies un poco, pensando que estaba molestando a alguien. Y aún así volvió a sentir el suave tacto de los pies de Ren y levantó la mirada. Se sonrojó al encontrarse con la sonrisa más adorable que había visto en su vida. Ren la miraba con una felicidad y una ilusión que Hana no podía rechazar.
Le devolvió la mirada y el golpecito, tímidamente.
Una vez acabada la comida, recogió todo mientras aún le daba vueltas al asunto. Con todo recogido, le hizo una seña a Ren para que la acompañase a la habitación y esperó que la siguiese. Una vez allí la encaró, jugueteando con un mechón salvaje de su aún despeinado cabello y sin mirarla a los ojos realmente.
— S-Sé q-qué debería e-estudiar y eso, pero... bueno... me preguntaba.. s-sí tú... querrías hacer otra cosa... — se paró ahí unos segundos, para después aclararlo más. — P-podemos ver una peli o-o leer mangas... O podemos hablar... P-puedes contarme qué tal el club de kendo, o cómo lo haces para tener el pelo tan brillante... O no... L-lo que tu quieras... Si quieres estudiamos... o algo...
Sentía que no había acabado ni una sola de las cosas que había dicho, siempre arrastrando el final como un escarabajo pelotero.