30/07/2020, 19:23
Despertarse temprano era lo ideal cuando de hacer reconocimiento se trataba.
Para ambos ninjas seria cuestión de caminar por toda la ciudad sin rumbo aparente, deteniéndose aquí y allá en los negocios y puesto de comida, pidiendo direcciones y comprando baratijas. Para quien los observara o, malintencionadamente, les siguiera sería imposible negar que se estaban dedicando a hacer turismo como los típicos foráneos en medio de un festival. Para el joven peliblanco también era un poco de eso, pues jamás había hecho reconocimiento de nada y la tarea le parecía algo ambigua.
—Esta ciudad tiene muchas cosas interesantes —diría, mientras mantenían una caminata y un mirar que no permitían sospecha alguna.
Sin embargo, los ninjas son maestro de las apariencias, del engaño y de la manipulación de la duda razonable. En aquella larga y sosegada caminata que se extendería hasta el crepúsculo, Juro podría verificar la disposición de las calles principales, la ubicación de los sitios frecuentados por las malas gentes, los corredores por donde se desplazaban los rateros, la altura promedio y relativa de las edificaciones, la visión y perspectiva que se tenía desde diferentes puntos, la actividad de distintos lugares a distintas horas y las posibles rutas de escape y persecución. Tan suficiente seria la información recabada, que bastaría con un simple mapa de turista y una pluma para comprender y señalizar la anatomía y la fisonomía de la ciudad.
Para cuando los últimos rayos del sol muriesen en el horizonte, ya tendría toda la información que necesitaba, ya podrían comenzar con la operación. Solo necesitaban una ubicación, y el resto debería ser coser y cantar.
Para ambos ninjas seria cuestión de caminar por toda la ciudad sin rumbo aparente, deteniéndose aquí y allá en los negocios y puesto de comida, pidiendo direcciones y comprando baratijas. Para quien los observara o, malintencionadamente, les siguiera sería imposible negar que se estaban dedicando a hacer turismo como los típicos foráneos en medio de un festival. Para el joven peliblanco también era un poco de eso, pues jamás había hecho reconocimiento de nada y la tarea le parecía algo ambigua.
—Esta ciudad tiene muchas cosas interesantes —diría, mientras mantenían una caminata y un mirar que no permitían sospecha alguna.
Sin embargo, los ninjas son maestro de las apariencias, del engaño y de la manipulación de la duda razonable. En aquella larga y sosegada caminata que se extendería hasta el crepúsculo, Juro podría verificar la disposición de las calles principales, la ubicación de los sitios frecuentados por las malas gentes, los corredores por donde se desplazaban los rateros, la altura promedio y relativa de las edificaciones, la visión y perspectiva que se tenía desde diferentes puntos, la actividad de distintos lugares a distintas horas y las posibles rutas de escape y persecución. Tan suficiente seria la información recabada, que bastaría con un simple mapa de turista y una pluma para comprender y señalizar la anatomía y la fisonomía de la ciudad.
Para cuando los últimos rayos del sol muriesen en el horizonte, ya tendría toda la información que necesitaba, ya podrían comenzar con la operación. Solo necesitaban una ubicación, y el resto debería ser coser y cantar.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)