31/07/2020, 17:37
Akame se limitó a beber distraídamente de su copa, con pretendido aire pomposo, mientras —juguetón pero también precavido— observaba a su "hermano" hacer gala de aquellas dotes carismáticas de las que tanto se hablaban. Y es que, pese a que Kaido no pudiera parecerlo a primera vista —las primeras vistas no solían jugar a su favor ya que era un tipo brusco, con una boca repleta de afilados dientes y, bueno, azul—, era un tipo carismático. Sabía hablar, cuando ponía más empeño en ello que en reventarte la cabeza, y su lenguaje corporal si bien no alcanzaba el nivel de un auténtico alfa como Zaide, se acercaba así al de un miembro distinguido del grupo. Si las virtudes pudieran medirse en una escala de puntuación de, por poner un ejemplo, uno a ciento cuarenta, el carisma de Kaido estaría en un nada desdeñable sesenta.
Por ejemplo.
Por ejemplo.