1/08/2020, 17:27
Apenas había comenzado a amanecer, y los primeros rayos de sol acompañaban a los repartidores en aquella fresca mañana. Correo oficial, cartas de amor o de familiares, facturas y lo que muchos ansiados primerizos ninjas buscaban; misiones. Aunque la gran mayoría de ellos siempre buscaban algo impactante o excitante; como combatir una peligrosa banda o destapar algún plan maquiavelico generado en las sombras; los genin más espabilados y maduros, sabían que algo así no era para ellos, y que debían ir subiendo escalón a escalón.
Hana fue una de esas afortunadas genin; un pequeño pergamino se colaría por la rendija del correo. Todavía era temprano, asi que puede que todavía no se hubiera despertado, y a menos que se tratara de un paquete que debía ser firmado, los carteros no solían tocar a los timbres o puertas, por lo que lo encontraría cuando fuera a comprobar si por algún casual, había llegado algo para ella.
Hana fue una de esas afortunadas genin; un pequeño pergamino se colaría por la rendija del correo. Todavía era temprano, asi que puede que todavía no se hubiera despertado, y a menos que se tratara de un paquete que debía ser firmado, los carteros no solían tocar a los timbres o puertas, por lo que lo encontraría cuando fuera a comprobar si por algún casual, había llegado algo para ella.