1/08/2020, 19:19
La pequeña librería hacia tan solo unos pocos minutos que había abierto, pero no de cara al público, sino para hacer empezar a hacer inventario y rellenar las estanterías; todavía le faltaría al menos una hora para abrir al público. Un carro tirado por varios caballos parecía estar alejándose en la distancia, con su conductor despidiendo a una pequeña anciana desde las puertas del local.
Era un negocio bastante pequeño y familiar; un pequeño toldo de color rojizo pastel apagado estaba enroscado, adornado la parte superior todavía sin descolgar. Al lado de la entrada, dos persianas de acero negaban la visión las estanterías; y una gran multitud de cajas acompañaban a la anciana, que se acercó hasta ellas una vez este hombre estuvo lo bastante lejos.
— Vamos a ver... — acariciaba las cajas con cuidado mientras andaba alrededor de ellas, buscando algo que discerniera los tipos de libros que había en su interior. — Suspense... Miedo... — una única palabra escrita en distintos lados de los dorsos, era lo único que distinguía algunas cajas de otras.
Era un negocio bastante pequeño y familiar; un pequeño toldo de color rojizo pastel apagado estaba enroscado, adornado la parte superior todavía sin descolgar. Al lado de la entrada, dos persianas de acero negaban la visión las estanterías; y una gran multitud de cajas acompañaban a la anciana, que se acercó hasta ellas una vez este hombre estuvo lo bastante lejos.
— Vamos a ver... — acariciaba las cajas con cuidado mientras andaba alrededor de ellas, buscando algo que discerniera los tipos de libros que había en su interior. — Suspense... Miedo... — una única palabra escrita en distintos lados de los dorsos, era lo único que distinguía algunas cajas de otras.