2/08/2020, 02:30
La cara de aquel comerciante era un poema que Kazuma conocía bien y que vaticinaba una buena bronca a medio reprimir. Aquellas expresiones siempre le recordaban las rabietas que cogía el sacristán de Hanamura, cuando él preguntaba si dios no tenía otras cosas que hacer además de estar pendiente de si los niños blasfemaban.
—Mirad... Intento confiar en vosotros. De verdad que lo hago. Por eso os voy a dar una oportunidad. ¿Qué significa esto?
Kazuma tomo el papel y lo detallo durante unos instantes.
«Sin duda es Daigo-senpai —reconoció—. ¿Qué habrá hecho?», pensó sin dejar que su rostro mostrase signos de cambio emocional.
De hecho, la situación hasta se le hacía graciosa: primero su sensei y luego su senpai, ¿Qué seguía? ¿Él? ¿Ranko? ¿La señora de las coles?
—Se ha presentado un hombre esta mañana a preguntar si alguno de los shinobis que había contratado eran este señor, que es un hombre buscado en todo el país. Y ahora al salir, me dice Uragiri que había una mujer de dos metros con vosotros que se ha llevado un maletín. ¿Me explicáis ya lo que pasa? ¿No hay algún código de honor en los ninjas de NO hacer estas cosas? Lo ilegal y todo eso.
—Debe ser un exninja de nuestra aldea —comenzó, manteniendo el aplomo y buscando su ser más convincente—. Sin duda rompió las reglas o fue en contra del “código ninja”… En fin, nada tiene que ver con nosotros.
Eso era lo que opinaba del asunto, que realmente sentía que no tenía nada que ver con ellos y lo que estaban haciendo allí; aunque no podía evitar que se vieran mal.
—En cuanto a aquella mujer que menciona —procedió—, me la encontré encerrada en un pergamino que estaba en posesión del muerto. Libere el contenido del pergamino pensando que dentro podría estar el maletín, pero solo estaba ella. Por lo demás, no le he quitado el ojo de encima y cuando salimos no llevaba nada consigo.
Había más que decir, pero no quería abrumar al cliente con demasiada información de golpe; menos aun cuando aún faltaban sus conjeturas u observaciones.
—Mirad... Intento confiar en vosotros. De verdad que lo hago. Por eso os voy a dar una oportunidad. ¿Qué significa esto?
Kazuma tomo el papel y lo detallo durante unos instantes.
«Sin duda es Daigo-senpai —reconoció—. ¿Qué habrá hecho?», pensó sin dejar que su rostro mostrase signos de cambio emocional.
De hecho, la situación hasta se le hacía graciosa: primero su sensei y luego su senpai, ¿Qué seguía? ¿Él? ¿Ranko? ¿La señora de las coles?
—Se ha presentado un hombre esta mañana a preguntar si alguno de los shinobis que había contratado eran este señor, que es un hombre buscado en todo el país. Y ahora al salir, me dice Uragiri que había una mujer de dos metros con vosotros que se ha llevado un maletín. ¿Me explicáis ya lo que pasa? ¿No hay algún código de honor en los ninjas de NO hacer estas cosas? Lo ilegal y todo eso.
—Debe ser un exninja de nuestra aldea —comenzó, manteniendo el aplomo y buscando su ser más convincente—. Sin duda rompió las reglas o fue en contra del “código ninja”… En fin, nada tiene que ver con nosotros.
Eso era lo que opinaba del asunto, que realmente sentía que no tenía nada que ver con ellos y lo que estaban haciendo allí; aunque no podía evitar que se vieran mal.
—En cuanto a aquella mujer que menciona —procedió—, me la encontré encerrada en un pergamino que estaba en posesión del muerto. Libere el contenido del pergamino pensando que dentro podría estar el maletín, pero solo estaba ella. Por lo demás, no le he quitado el ojo de encima y cuando salimos no llevaba nada consigo.
Había más que decir, pero no quería abrumar al cliente con demasiada información de golpe; menos aun cuando aún faltaban sus conjeturas u observaciones.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)