4/08/2020, 20:23
— ¿Y... cómo os conocisteis?
— ¿Conocernos? Uuhm... — Se llevó una mano al mentón, y alzó la vista al techo, intentando hacer memoria sobre la primera vez que la vió, poco después, aparecería Ai para escucharlas. — La verdad es que no estoy segura... Nos conocemos de toda la vida...
— Creo que nuestros padres eran amigos; o algo así — añadió dubitativa, intentando apoyarla.
— Puede ser; prácticamente desde la infancia éramos conocidas. Tuvimos nuestros más y nuestros menos como amigas; y entre una cosa y otra, pues bueno. Acabamos saliendo. Es curioso, no tengo recuerdos sin ti en mi vida, y ahora tampoco concibo el futuro sin ti en ella. Eh, pequeña florecilla — añadió con una suave risa y una mira entrecerrada a Ai.
— ¡Q-Que pares de una vez te digo! — esta simplemente se limitó a esconderse tras la caja registradora; mientras Tsuki seguía riéndose.
Finalmente se acercó para darle un beso en los labios, y marcharse después al interior, despidiéndose con una mano de ambas.
—En fin, cuidamela ¿Quieres? Es propensa a hacerse daño en los pies como su hermana — Y se desvaneció tras la cortinilla.
Ai estaba frita de la vergüenza, tirada encima del mostrador tras semejante espectáculo. Tsuki siempre era así con ella.
— ¿Conocernos? Uuhm... — Se llevó una mano al mentón, y alzó la vista al techo, intentando hacer memoria sobre la primera vez que la vió, poco después, aparecería Ai para escucharlas. — La verdad es que no estoy segura... Nos conocemos de toda la vida...
— Creo que nuestros padres eran amigos; o algo así — añadió dubitativa, intentando apoyarla.
— Puede ser; prácticamente desde la infancia éramos conocidas. Tuvimos nuestros más y nuestros menos como amigas; y entre una cosa y otra, pues bueno. Acabamos saliendo. Es curioso, no tengo recuerdos sin ti en mi vida, y ahora tampoco concibo el futuro sin ti en ella. Eh, pequeña florecilla — añadió con una suave risa y una mira entrecerrada a Ai.
— ¡Q-Que pares de una vez te digo! — esta simplemente se limitó a esconderse tras la caja registradora; mientras Tsuki seguía riéndose.
Finalmente se acercó para darle un beso en los labios, y marcharse después al interior, despidiéndose con una mano de ambas.
—En fin, cuidamela ¿Quieres? Es propensa a hacerse daño en los pies como su hermana — Y se desvaneció tras la cortinilla.
Ai estaba frita de la vergüenza, tirada encima del mostrador tras semejante espectáculo. Tsuki siempre era así con ella.