16/08/2020, 14:38
Las goteras seguían en su incesante aventura por derribar el techo e inundar la estancia; la joven se encogió de hombros cuando vio los cubos de nuevo y se dirigió a la mesita a desayunar. Todo aquel desayuno parecía claramente distinto al de la noche anterior; el arroz era sabroso y todavía estaba caliente, la tostada fue simple pero no por ello menos deliciosa.
Tras acabar de desayunar, pues no quería que se le enfriara, volvió a vestirse lista para salir y proseguir su camino en la misión; tuvo complicaciones a la hora de hacer su coleta, y pasó de perder más el tiempo, por lo que aquella vez lo llevaría suelto. Con todas sus pertenencias ya recogidas, bajó en la búsqueda del dueño con un trozo de papel en las manos, pero le valdría cualquier persona que trabajara en aquel sitio.
Tras acabar de desayunar, pues no quería que se le enfriara, volvió a vestirse lista para salir y proseguir su camino en la misión; tuvo complicaciones a la hora de hacer su coleta, y pasó de perder más el tiempo, por lo que aquella vez lo llevaría suelto. Con todas sus pertenencias ya recogidas, bajó en la búsqueda del dueño con un trozo de papel en las manos, pero le valdría cualquier persona que trabajara en aquel sitio.