21/08/2020, 10:57
— Si quieres creerle a Uragiri, está bien…Pero si te equivocas, ¿Quién te cubre la espalda? ¿Quién se asumirá la responsabilidad?
Kyo no relajó su postura, con la katana aún apuntando a Kazuma.
— ¿Y si confio en vosotros y resulta que es al reves? De una forma u otra sería únicamente culpa mía. Podría simplemente cortaros los tendones a ambos y esperar a ver cual habla antes.
La ira hablaba por él conforme la situación solo se complicaba más y más. Él no era el listo de los hermanos, pero era el que estaba siempre dispuesto a actuar. Entonces Ranko apareció a su espalda, si hubiese sido algo más sutil igual hubiese reaccionado de forma más abrupta, pero como entró vociferando se limitó a desenvainar otra katana del interior de sus ropas. Ésta era mucho más pequeña y la apuntó a Ranko.
Uragiri ya se había apartado para cuando Kyo alzó el brazo con el arma. Entre la longitud del brazo de Kyo y la del arma, el filo prácticamente acababa en el cuello de Ranko, sin llegar a rozar su piel.
— ¡Kyo-san! ¡Estamos aquí para ayudar! Baja el arma, por favor. Uragiri-san debería estar detenido, Yōgi-san lo ordenó. ¿Qué le pasó?
Uragiri fue a abrir la boca, pero Kyo le interrumpió antes de que empezase. Las palabras de Ranko le habían hecho más mella que las de Kazuma, pero no lo suficiente para acabar de convencerle.
— ¡Suficiente! Lo único que hacéis es hablar y hablar, dadme una sola prueba de lo que decís.
Kyo no relajó su postura, con la katana aún apuntando a Kazuma.
— ¿Y si confio en vosotros y resulta que es al reves? De una forma u otra sería únicamente culpa mía. Podría simplemente cortaros los tendones a ambos y esperar a ver cual habla antes.
La ira hablaba por él conforme la situación solo se complicaba más y más. Él no era el listo de los hermanos, pero era el que estaba siempre dispuesto a actuar. Entonces Ranko apareció a su espalda, si hubiese sido algo más sutil igual hubiese reaccionado de forma más abrupta, pero como entró vociferando se limitó a desenvainar otra katana del interior de sus ropas. Ésta era mucho más pequeña y la apuntó a Ranko.
Uragiri ya se había apartado para cuando Kyo alzó el brazo con el arma. Entre la longitud del brazo de Kyo y la del arma, el filo prácticamente acababa en el cuello de Ranko, sin llegar a rozar su piel.
— ¡Kyo-san! ¡Estamos aquí para ayudar! Baja el arma, por favor. Uragiri-san debería estar detenido, Yōgi-san lo ordenó. ¿Qué le pasó?
Uragiri fue a abrir la boca, pero Kyo le interrumpió antes de que empezase. Las palabras de Ranko le habían hecho más mella que las de Kazuma, pero no lo suficiente para acabar de convencerle.
— ¡Suficiente! Lo único que hacéis es hablar y hablar, dadme una sola prueba de lo que decís.