24/08/2020, 15:56
—¿Ayame-san? —preguntó Ranko, consciente del tenso silencio que se había formado entre ambas.
Pero Ayame le devolvió una sonrisa cálida y calmada. Una sonrisa que trataba de decir: "Tranquila, todo está bien". Pero, por alguna razón desconocida incluso para ella, no llegó a formular aquellas palabras en voz alta. En lugar de eso, se refugió en lo que quedaba de su granizado, deleitándose en su sabor refrescante y en la agradable compañía que le proporcionaba Ranko. Intercambiaron algún que otro tema de conversación trivial, pero el final de la quedada llegó, y las dos muchachas abandonaron la heladería.
—Ha estado bien el día —dijo, estirando los brazos por encima de la cabeza—. Es una pena que no podamos enfrentarnos en el torneo, pero ya lo haremos en esa cita nuestra —le confirmó, guiñándole un ojo—. Te deseo mucha suerte en el resto de rondas, Ranko. Espero que te vaya muy bien.
Después de todo, tendría que levantar el honor de Kusagakure frente al resto del mundo después de lo que habían hecho sus otros dos compañeros...
Pero Ayame le devolvió una sonrisa cálida y calmada. Una sonrisa que trataba de decir: "Tranquila, todo está bien". Pero, por alguna razón desconocida incluso para ella, no llegó a formular aquellas palabras en voz alta. En lugar de eso, se refugió en lo que quedaba de su granizado, deleitándose en su sabor refrescante y en la agradable compañía que le proporcionaba Ranko. Intercambiaron algún que otro tema de conversación trivial, pero el final de la quedada llegó, y las dos muchachas abandonaron la heladería.
—Ha estado bien el día —dijo, estirando los brazos por encima de la cabeza—. Es una pena que no podamos enfrentarnos en el torneo, pero ya lo haremos en esa cita nuestra —le confirmó, guiñándole un ojo—. Te deseo mucha suerte en el resto de rondas, Ranko. Espero que te vaya muy bien.
Después de todo, tendría que levantar el honor de Kusagakure frente al resto del mundo después de lo que habían hecho sus otros dos compañeros...