27/08/2020, 18:10
En un discreto segundo plano se mantuvo el supuesto hermano menor de aquel joven noble del Agua que solicitaba la audiencia. Rumiaba en silencio, todavía aliviado de que Kaido hubiese sido convincente y persuasivo con su actuación, mientras observaba el evidente despilfarro de lujo y ostentación a su alrededor. Alguna que otra vez había asistido a la corte de señores locales y pequeños nobles, pero nunca había comprobado de primera mano la seda y el oro que rodeaban a un auténtico Daimyō; al dueño de aquellas tierras que con su mano podía moldear los destinos de todos sus habitantes.
Cuando Umigarasu fue anunciado por sus múltiples títulos —pretencioso pero efectivo para cultivar una figura a la que temer o adorar, pensó Akame—, el Uchiha hizo una reverencia idéntica a la de su compañero Kaido. Por un momento estuvo tentado de hablar, pero recordó entonces que, en realidad, su parte del trabajo ya había acabado. Habían sorteado las defensas del señor y llegado hasta su corte: era ahora cuando comenzaban las negociaciones, ¿no?
Akame se volteó ligeramente, mirando a Money.
Cuando Umigarasu fue anunciado por sus múltiples títulos —pretencioso pero efectivo para cultivar una figura a la que temer o adorar, pensó Akame—, el Uchiha hizo una reverencia idéntica a la de su compañero Kaido. Por un momento estuvo tentado de hablar, pero recordó entonces que, en realidad, su parte del trabajo ya había acabado. Habían sorteado las defensas del señor y llegado hasta su corte: era ahora cuando comenzaban las negociaciones, ¿no?
Akame se volteó ligeramente, mirando a Money.