29/08/2020, 19:31
(Última modificación: 29/08/2020, 19:38 por Aotsuki Ayame. Editado 1 vez en total.)
Yota suspiró, como si estuviese tomando carrerilla antes de lanzarse de cabeza al abismo. Comenzó a relatar cómo había estado haciendo encargos sencillos desde su regreso desde el Valle de los Dojos, y que aquella mañana había sido encargado a limpiar los trenes de la estación de ferrocarriles. Y que al llegar allí había estado hablando con Kon, el encargado del lugar.
Fue en ese momento cuando Yota decidió desviarse un momento del asunto para hacer referencia a lo sucedido durante el torneo, a lo que había ocasionado la pérdida de su bandana. Las palabras de Yota eran sinceras, podía notarlo, pero Kintsugi negó con la cabeza, inflexible.
—Lo hecho, hecho está. Pero debes ser consciente de las consecuencias de tus actos, Yota. Mancillaste la imagen de Sandaime-dono, que Izanami lo tenga en su gloria, frente a todo Ōnindo, Yota. Frente a todo el mundo, incluido el resto de Kage y los Señores Feudales.
»Continúa.
Fue en ese momento cuando Yota decidió desviarse un momento del asunto para hacer referencia a lo sucedido durante el torneo, a lo que había ocasionado la pérdida de su bandana. Las palabras de Yota eran sinceras, podía notarlo, pero Kintsugi negó con la cabeza, inflexible.
—Lo hecho, hecho está. Pero debes ser consciente de las consecuencias de tus actos, Yota. Mancillaste la imagen de Sandaime-dono, que Izanami lo tenga en su gloria, frente a todo Ōnindo, Yota. Frente a todo el mundo, incluido el resto de Kage y los Señores Feudales.
»Continúa.