31/08/2020, 19:25
Daruu dio un largo y tendido suspiro.
—Joder, Kaido, para ya —dijo, girando el rostro hacia él—. Yui te envió a la guarida de un enemigo peligrosísimo, uno al que subestimamos. Todos. Lo hicieron los que te hicieron meterte ahí cuando te enviaron. Y lo hemos hecho de nuevo. A la vista el resultado. —Daruu bajó la mirada—. Nadie piensa que tengas tú la culpa, todos sabíamos lo del sello desde hace tiempo y queríamos rescatarte.
Probablemente era mentira, claro. Habría dudas. ¿Pero quién no dudaba de hasta las cosas que la Alianza Tormenta-Espiral aceptaba ya desde hace tiempo, como la necesidad de colaborar con los bijuu? Daruu había oído cosas. Atentados, secuestros. Había gente moviendo hilos funestos, y un día podían acabar enredados entre ellos.
»Kaido, hay muchos enemigos para Amegakure, los Dragones primero, pero también muchos otros. La oportunidad ya la tienes, ahora tenemos que trabajar juntos contra ellos.
—Vaya mierda de día que llevamos —bufó Kiroe, irónica—. Parece que no se libra nadie.
Daruu miró a Kiroe. Luego a Zetsuo. A los ojos.
—Zetsuo. Gracias por salvar a mi madre. De corazón. —Había estado mordiéndose la lengua lo que llevaba de viaje, pero sentía que tenía que decírselo.
—Me has apretado un montón la escayola, cabrón. Me duele.
—Joder, Kaido, para ya —dijo, girando el rostro hacia él—. Yui te envió a la guarida de un enemigo peligrosísimo, uno al que subestimamos. Todos. Lo hicieron los que te hicieron meterte ahí cuando te enviaron. Y lo hemos hecho de nuevo. A la vista el resultado. —Daruu bajó la mirada—. Nadie piensa que tengas tú la culpa, todos sabíamos lo del sello desde hace tiempo y queríamos rescatarte.
Probablemente era mentira, claro. Habría dudas. ¿Pero quién no dudaba de hasta las cosas que la Alianza Tormenta-Espiral aceptaba ya desde hace tiempo, como la necesidad de colaborar con los bijuu? Daruu había oído cosas. Atentados, secuestros. Había gente moviendo hilos funestos, y un día podían acabar enredados entre ellos.
»Kaido, hay muchos enemigos para Amegakure, los Dragones primero, pero también muchos otros. La oportunidad ya la tienes, ahora tenemos que trabajar juntos contra ellos.
—Vaya mierda de día que llevamos —bufó Kiroe, irónica—. Parece que no se libra nadie.
Daruu miró a Kiroe. Luego a Zetsuo. A los ojos.
—Zetsuo. Gracias por salvar a mi madre. De corazón. —Había estado mordiéndose la lengua lo que llevaba de viaje, pero sentía que tenía que decírselo.
—Me has apretado un montón la escayola, cabrón. Me duele.