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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#3
La cafetería-bar de Nanashi acababa de abrir, y como un reloj, Oda esperaba en la puerta.

Ponme un café. Con hielo — pidió para sentarse en su lugar de siempre; al fondo de todo el local, en la última silla de la barra.

¿Donde quieres que deje las Ame-colas? Oh, buenos días Oda-dono — la genin llevaba entre sus brazos, una caja de plástico de color azul pastel en la que numerosas botellas de refresco, tintineaban ante su movimiento.

Ponlas a enfriar en el frigorífico — del bolsillo frontal, sacó entonces un pequeño sobre que sostenía entre el dedo indice y corazón, para posteriormente dejarlo sobre la barra cerca de Oda, quien no pudo evitar echarle un vistazo al remitente.

El anciano sonrió y sorbió su taza; mientras Ren emocionada por ser la primera vez que recibía una carta a su nombre se apremiaba en guardar los refrigerios.

¿Una carta para mí? ¿De quién? — El sobre que contenía la carta era de un color amarillo pastel muy claro, tan claro que era difícil de diferenciar del blanco. En la parte frontal estaba escrita de forma pulcra y ordenada, con una caligrafía delicada, la dirección y el nombre de Ren. Por detrás, estaba la dirección y el nombre de Hana. Ren enmudeció, y corrió hasta su cuarto como alma que llevaba el diablo en cuanto vio el nombre del remitente. — ¡Vuelvo en un rato!

¿Crees que es una mala influencia para ella? ¿Eso es lo que piensas de la rubia? — mantuvo la sonrisa, mientras olía su taza.

Para nada; en todo caso le hará bien... El caso es... Espero que jamás esa chica lo descubra... — Observaba la puerta que conducía a las escaleras para los pisos superiores, por la que la morena había desaparecido poniendo pies en polvorosa. — Por mí, da igual. Pero no me gustaría que Ren sufriera por mi culpa

· · ·

Había cerrado la puerta nada más llegar a su habitación; lo había hecho instintivamente, ni siquiera se había dado cuenta de que había huido del piso inferior, y mucho menos que su corazón latía con velocidad.

El sobre cerrado tenia una pequeña pegatina con forma de flor de cerezo, típicas de Uzushiogakure. Al abrir el sobre, Ren vería que el contenido era mucho menos bonito que el exterior. La carta en sí estaba arrugada y parecía haber sido escrita a trozos, teniendo incluso cosas escritas por detrás. Al principio la caligrafía era algo torpe hasta que a media carta se tornaba tan buena como en el sobre.

Sintió un gran pavor antes de comenzar a leerla; se marchó de los dojos sin poder haber gestado más de una palabra y ya habían pasado varios días de lo acontecido. Le costaba conciliar el sueño por las noches y cuando este hacia acto de presencia, era de forma entrecortada, despertados varias veces en mitad de la oscuridad; pero fuera lo que fuera el contenido de la carta, le daba igual. Solo quería tener aunque sea un par de noticias sobre ella, aunque fuera que se había acabado su jabón favorito aquel día en un supermercado local y había tenido que ir a varios buscandolo.

Querida Ren,
no sé qué decirte. Es que acabamos de salir de los dojos y no he tenido tiempo de decirte nada, me siento fatal, además ha pasado todo eso y yo lo que quiero decirte es que lo siento, debería haberme acercado a decirte algo de alguna forma y no escribir ahora en el tren sin saber ni si te llegará esta carta. Le pregunté la dirección a Oda antes de separarnos cuando nos fuimos de aquella enfermería improvisada. Espero que no te moleste, sé que no hablamos nunca de enviarnos cartas, también es que poco después de separarnos supe lo del torneo y sabía que te vería y ahora no sé cuando te volveré a ver y... no me gusta.

Vale, ya he llegado a la villa. Definitivamente debería empezar de nuevo esta carta. Pero... sería engañarte. Quiero decirte que tú puedes escribirme siempre que quieras y preguntarte si estás bien. ¿Estás bien? Después de lo ocurrido no parecías muy alegre, que es normal pero... quiero que estés feliz. Yo he llegado bien a casa. ¿Cómo has llegado tú? No quiero enrollarme más por si te molesta que te escriba o que me enrolle incluso de forma escrita.

Si puedes y quieres, contéstame, por favor, pero si no, no pasa nada. Te pondré la dirección en el sobre.

Tu hermana, Himura Hana.

Cuando terminó de leerla, la dejó caer sobre su pecho, provocando un larguísimo suspiro. ¿Cuándo había acabado en su cama tumbada boca arriba? Le tembló el labio inferior y sus ojos la acompañaron; pero en el momento que una lágrima se escapó, no pudo reprimir el resto. Rio entonces, abrazando la carta sonrojada y con un grandísimo alivio en su interior; aquello era todo lo que necesitaba, era todo lo que quería.
Hablar (Royalblue)Pensar (MediumOrchid)

¡Gracias a Ranko por el avatar!
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RE: [Unific] La calma tras la tormenta - por Himura Ren - 31/08/2020, 22:52


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