1/09/2020, 22:15
(Última modificación: 1/09/2020, 22:16 por Amedama Daruu.)
Chiiro bajó la mirada y negó con la cabeza rápidamente, tratando de ocultar una verdad evidente.
—N... no, y-yo...
—Para la próxima vez será mejor que te busques una excusa mejor que la del baño —repuso Kōri.
—¡Ah! —Chiiro pegó la espalda al asiento y dio un respingo. Aquellos ojos azules leían su mente. Daruu le había dicho que Zetsuo era capaz de hacerlo, pero no esperaba que su hijo también fuera capaz—. ¿U-una excusa? ¡No! ¡Es que...! —Agachó la mirada y se agarró el brazo izquierdo con la mano—. Es solo que... aún recuerdo aquella pelea en el bar, y me preocupa que pueda volver a pasar.
»Y me da miedo ese señor azul —confesó—. Sólo... ¿quién es?
—Es curioso que menciones a Datsue. —De pronto a Daruu le dio la risa floja. Una risa floja que te cagas. «Creo que no se lo he contado a nadie más que a Ayame...»—. Lo cierto es que... tuvimos una discusión bastante fuerte en relación a lo que pasó en el examen de chūnin. Luchamos y... bueno. Le maté. —Daruu miró a Kaido.
—¿¡QUEQUÉ!? —Gritó Kiroe, histérica.
—Se me fue la mano. —Daruu se puso muy serio—. Lo llevé a nuestra cabaña en Yachi e intenté reanimarle. Lo último que quería era que estallase una gue...
—¡Pero cómo lo vas a matar, y entonces quién...!
—¡Déjame explicarlo! ¡El cabrón tenía una técnica de sellado para resucitar! ¡No me miréis así! —dijo, intercambiando miradas con todos los presentes. Dejándose leer por Zetsuo, en tal de demostrar que...— ¡Que es verdad!
»Al confrontarnos, entendimos el rencor de cada uno... él tenía rencor a Amegakure porque Yui selló a Watasashi Aiko en el fondo del Lago de Amegakure. Y conseguí que Datsue se disculpase con Ayame, así que... bueno... es que Kaido, todo esto es muy complicado, te has perdido cosas importantes.
Oh, sí. Kurama. Los Generales. Kuroyuki. Kokuō. Iba a ser curioso de explicar.
»Tendremos que hablar del Kyūbi. Pero antes vuélveme a contar cómo y por qué contactó con esa rata de Akame, por favor. Creo que nos interesa a todos.
—Esto cada vez se enreda más. —Kiroe se habría llevado una mano a la frente, si hubiera podido. Pero estaba dentro de la escayola.
Por lo visto, a nadie le sorprendió escuchar hablar sobre "el Kyūbi" con tanta naturalidad. Eso ya debía de darle una pista a Kaido de que no era la primera vez ni la última que las aldeas habían tratado con Kurama, el autodenominado próximo Emperador de Ōnindo.
—N... no, y-yo...
—Para la próxima vez será mejor que te busques una excusa mejor que la del baño —repuso Kōri.
—¡Ah! —Chiiro pegó la espalda al asiento y dio un respingo. Aquellos ojos azules leían su mente. Daruu le había dicho que Zetsuo era capaz de hacerlo, pero no esperaba que su hijo también fuera capaz—. ¿U-una excusa? ¡No! ¡Es que...! —Agachó la mirada y se agarró el brazo izquierdo con la mano—. Es solo que... aún recuerdo aquella pelea en el bar, y me preocupa que pueda volver a pasar.
»Y me da miedo ese señor azul —confesó—. Sólo... ¿quién es?
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—Es curioso que menciones a Datsue. —De pronto a Daruu le dio la risa floja. Una risa floja que te cagas. «Creo que no se lo he contado a nadie más que a Ayame...»—. Lo cierto es que... tuvimos una discusión bastante fuerte en relación a lo que pasó en el examen de chūnin. Luchamos y... bueno. Le maté. —Daruu miró a Kaido.
—¿¡QUEQUÉ!? —Gritó Kiroe, histérica.
—Se me fue la mano. —Daruu se puso muy serio—. Lo llevé a nuestra cabaña en Yachi e intenté reanimarle. Lo último que quería era que estallase una gue...
—¡Pero cómo lo vas a matar, y entonces quién...!
—¡Déjame explicarlo! ¡El cabrón tenía una técnica de sellado para resucitar! ¡No me miréis así! —dijo, intercambiando miradas con todos los presentes. Dejándose leer por Zetsuo, en tal de demostrar que...— ¡Que es verdad!
»Al confrontarnos, entendimos el rencor de cada uno... él tenía rencor a Amegakure porque Yui selló a Watasashi Aiko en el fondo del Lago de Amegakure. Y conseguí que Datsue se disculpase con Ayame, así que... bueno... es que Kaido, todo esto es muy complicado, te has perdido cosas importantes.
Oh, sí. Kurama. Los Generales. Kuroyuki. Kokuō. Iba a ser curioso de explicar.
»Tendremos que hablar del Kyūbi. Pero antes vuélveme a contar cómo y por qué contactó con esa rata de Akame, por favor. Creo que nos interesa a todos.
—Esto cada vez se enreda más. —Kiroe se habría llevado una mano a la frente, si hubiera podido. Pero estaba dentro de la escayola.
Por lo visto, a nadie le sorprendió escuchar hablar sobre "el Kyūbi" con tanta naturalidad. Eso ya debía de darle una pista a Kaido de que no era la primera vez ni la última que las aldeas habían tratado con Kurama, el autodenominado próximo Emperador de Ōnindo.