2/09/2020, 04:13
(Última modificación: 2/09/2020, 04:17 por Umikiba Kaido. Editado 1 vez en total.)
No. Algo es curioso cuando acabas contando una anécdota sencilla. De esas que te suceden cuando te reúnes con tus colegas a tomarte una hidromiel en los Kunai Cruzados, y que termina siendo divertida. Algo curioso no es, en ningún rincón de ōnindo, que hayas matado a alguien y que éste, sabe amenokami cómo, haya revivido después de haberla palmado.
Kaido se quedó mirando a Daruu en estado catatónico. Sus labios formaron una O mayúscula y, quizás, preso de la estupefacción, su cuerpo comenzó a dar violentas sacudidas entre sucesivos espasmos, como lo haría un pez fuera del agua, clamando por oxígeno. No le juzguéis, es una reacción plenamente justificada. No todos los días te dicen que alguien es inmortal. Además, qué agobiante. Ahora había que añadirle a Datsue un nuevo mote.
Datsue el Mesías.
Cuando se dejó de sacudir, se pasó la mano por la cara, limpiándose el sudor. Negó una vez. Negó dos veces. Sí, en definitiva, Daruu tenía razón. Se había perdido cosas muy importantes. Ahora que lo pensaba, sus amigos se podían haber muerto en numerosas ocasiones, y él no se hubiera ni enterado. Maldijo para sus adentros. Al sello. A los dragones. Lo peor de todo es que no podía olvidarse de todo y hacer limpie y renueve. Tendría que seguir hablando de la misma puta mierda y perseguir a esos cabrones para hacer justicia.
Le quedaba un largo camino por recorrer.
—No sé los detalles. De hecho, Akame fue bastante escueto cuando decidió contárnoslo, así como lo es con todo, en realidad. No veas lo que le costó soltarme lo que le había pasado en Uzu, o que él y Datsue eran los Jinchuriki de una de esas bestias, el Ichibi. Pero en fin, que alguien lo contactó y lo llevó hasta ese tal Kurama de los cojones. Ahí el bicho éste le reveló que había sido él quien envió a uno de sus mercenarios a matarlo, y bueno, Akame hizo el dos más dos que ya se venía intuyendo de todas formas. No dijo más nada. Ni sé cómo acabó la reunión, o de qué hablaron, pero sinceramente dudo que ese bicharraco le hubiese puesto el ojo Akame solo para dejarlo ir como si nada. Así que algo esconde. Y en cierta forma me preocupa, por eso quería hablar con Datsue. Porque ahora mismo Dragón Rojo está muy mermado. Muchos de los miembros han muerto por lo que sucedió en Kasukami... y joder, Akame no es un sentimentalista. Cuando Sekiryū deje de servirle, si alguna vez acabamos con Ryū y Zaide, mucho me temo que decida aliarse con Kurama. ¿Porque: qué otra opción tendría?
Kaido se quedó mirando a Daruu en estado catatónico. Sus labios formaron una O mayúscula y, quizás, preso de la estupefacción, su cuerpo comenzó a dar violentas sacudidas entre sucesivos espasmos, como lo haría un pez fuera del agua, clamando por oxígeno. No le juzguéis, es una reacción plenamente justificada. No todos los días te dicen que alguien es inmortal. Además, qué agobiante. Ahora había que añadirle a Datsue un nuevo mote.
Datsue el Mesías.
Cuando se dejó de sacudir, se pasó la mano por la cara, limpiándose el sudor. Negó una vez. Negó dos veces. Sí, en definitiva, Daruu tenía razón. Se había perdido cosas muy importantes. Ahora que lo pensaba, sus amigos se podían haber muerto en numerosas ocasiones, y él no se hubiera ni enterado. Maldijo para sus adentros. Al sello. A los dragones. Lo peor de todo es que no podía olvidarse de todo y hacer limpie y renueve. Tendría que seguir hablando de la misma puta mierda y perseguir a esos cabrones para hacer justicia.
Le quedaba un largo camino por recorrer.
—No sé los detalles. De hecho, Akame fue bastante escueto cuando decidió contárnoslo, así como lo es con todo, en realidad. No veas lo que le costó soltarme lo que le había pasado en Uzu, o que él y Datsue eran los Jinchuriki de una de esas bestias, el Ichibi. Pero en fin, que alguien lo contactó y lo llevó hasta ese tal Kurama de los cojones. Ahí el bicho éste le reveló que había sido él quien envió a uno de sus mercenarios a matarlo, y bueno, Akame hizo el dos más dos que ya se venía intuyendo de todas formas. No dijo más nada. Ni sé cómo acabó la reunión, o de qué hablaron, pero sinceramente dudo que ese bicharraco le hubiese puesto el ojo Akame solo para dejarlo ir como si nada. Así que algo esconde. Y en cierta forma me preocupa, por eso quería hablar con Datsue. Porque ahora mismo Dragón Rojo está muy mermado. Muchos de los miembros han muerto por lo que sucedió en Kasukami... y joder, Akame no es un sentimentalista. Cuando Sekiryū deje de servirle, si alguna vez acabamos con Ryū y Zaide, mucho me temo que decida aliarse con Kurama. ¿Porque: qué otra opción tendría?