2/09/2020, 10:15
(Última modificación: 2/09/2020, 10:15 por Uchiha Akame.)
Money no se guardó nada. Akame aguardó, él sí, en silencio mientras el contable de su organización hacía las presentaciones; mas no deshizo su Henge. Todavía no. Muchas miradas indiscretas, muchos oídos indiscretos que a su parecer poblaban la sala. El Uchiha no sabía si las negociaciones se llevarían a cabo allí mismo o si Umigarasu les llevaría a un lugar más privado, pero prefería lo segundo. Para alguien tan familiar con el secreto y la discreción, resultaba incómodo acaparar todas las miradas.
Entonces el señor preguntó por Ryū. «Ya te gustaría verle aquí, ¿eh, viejo?», se dijo Akame para sus adentros. Aquello no hizo sino incrementar su incomodidad, se sentía como un mono de feria bajo la mirada de aquel hombre que tanto poder ostentaba. Incluso ellos, poderosos ninjas que habían burlado todas sus medidas de seguridad, parecían empequeñecer ante tan regia presencia.
Eso no le gustaba.
—Sin duda su excelencia ha dispuesto unas buenas medidas de seguridad —concedió el Uchiha—. Muchos ninjas habrían fracasado en el intento, mas no nosotros. Al fin y al cabo, por eso estamos aquí, ¿no?
Una fanfarronería velada, o un guiño de complicidad a quién sería su próximo empleador. Umigarasu parecía la clase de persona que sólo se conformaba con lo mejor y Akame, con aquellas palabras, quería confirmarle no sólo que hasta ese momento no lo había tenido, sino que sería suyo en cuanto cerraran el trato.
Entonces el señor preguntó por Ryū. «Ya te gustaría verle aquí, ¿eh, viejo?», se dijo Akame para sus adentros. Aquello no hizo sino incrementar su incomodidad, se sentía como un mono de feria bajo la mirada de aquel hombre que tanto poder ostentaba. Incluso ellos, poderosos ninjas que habían burlado todas sus medidas de seguridad, parecían empequeñecer ante tan regia presencia.
Eso no le gustaba.
—Sin duda su excelencia ha dispuesto unas buenas medidas de seguridad —concedió el Uchiha—. Muchos ninjas habrían fracasado en el intento, mas no nosotros. Al fin y al cabo, por eso estamos aquí, ¿no?
Una fanfarronería velada, o un guiño de complicidad a quién sería su próximo empleador. Umigarasu parecía la clase de persona que sólo se conformaba con lo mejor y Akame, con aquellas palabras, quería confirmarle no sólo que hasta ese momento no lo había tenido, sino que sería suyo en cuanto cerraran el trato.