15/09/2020, 19:44
—Pues enhorabuena por la técnica, Kiroe-san —la felicitó El Tiburón.
—Muchas gracias, Kaido-kun. Espero que me cuentes toooodas esas cosas algún día —respondió ella, con una sonrisilla.
Y Zetsuo la miró de reojo. No le hacía falta ver a través de sus ojos para saber el mensaje oculto tras sus palabras. La conocía prácticamente de toda la vida; y, como tal, sabía leer a través de ella como si de un libro abierto se tratara: Kiroe, la Espía.
—Lanzamos un ataque coordinado y acabamos con él de un plumazo —siguió explicando Daruu, sobre el ataque conjunto al General—. Pero el chakra que emana de ellos es prácticamente el de un jinchūriki cuando utiliza todas sus habilidades. ¿Recuerdas la bijūdama que lanzó el Gobi durante el Examen de Chūnin de Uzushiogakure?
Como para no acordarse. Ayame había estado a punto de barrer una grada por completo sin tan siquiera ser consciente de ello.
—Pues Ayame estaba a punto de recibir una en el estadio de esa Kuroyuki antes de que la rescatase.
Zetsuo, con un prolongado suspiro, volvió a apretar las uñas contra sus brazos. Odiaba admitirlo, pero aquella era otra que le debía a Amedama Daruu. Si no hubiese sido por él, Ayame en aquellos instantes estaría muerta. Reducida a cenizas por ese monstruo.
—¡Eh!
La exclamación de Daruu le sobresaltó, y cuando volvió a levantar la mirada apenas llegó a ver una mata de pelo rojo escabulléndose. Zetsuo volvió a suspirar.
—Joder, esa mocosa es aún más entrometida que Ayame —comentó.
—Muchas gracias, Kaido-kun. Espero que me cuentes toooodas esas cosas algún día —respondió ella, con una sonrisilla.
Y Zetsuo la miró de reojo. No le hacía falta ver a través de sus ojos para saber el mensaje oculto tras sus palabras. La conocía prácticamente de toda la vida; y, como tal, sabía leer a través de ella como si de un libro abierto se tratara: Kiroe, la Espía.
—Lanzamos un ataque coordinado y acabamos con él de un plumazo —siguió explicando Daruu, sobre el ataque conjunto al General—. Pero el chakra que emana de ellos es prácticamente el de un jinchūriki cuando utiliza todas sus habilidades. ¿Recuerdas la bijūdama que lanzó el Gobi durante el Examen de Chūnin de Uzushiogakure?
Como para no acordarse. Ayame había estado a punto de barrer una grada por completo sin tan siquiera ser consciente de ello.
—Pues Ayame estaba a punto de recibir una en el estadio de esa Kuroyuki antes de que la rescatase.
Zetsuo, con un prolongado suspiro, volvió a apretar las uñas contra sus brazos. Odiaba admitirlo, pero aquella era otra que le debía a Amedama Daruu. Si no hubiese sido por él, Ayame en aquellos instantes estaría muerta. Reducida a cenizas por ese monstruo.
—¡Eh!
La exclamación de Daruu le sobresaltó, y cuando volvió a levantar la mirada apenas llegó a ver una mata de pelo rojo escabulléndose. Zetsuo volvió a suspirar.
—Joder, esa mocosa es aún más entrometida que Ayame —comentó.