3/10/2020, 17:31
La muchacha estaba cansada. Tan solo con escucharla y ver su mirada, Juro pudo notarlo. No era del tipo que fuera a tratar de vengarse, especialmente, porque la persona que les había contratado era mucho más superior a ella. Aun así, la muchacha estaba dispuesta a darles información. Al final y al cabo, ¿qué tiene que perder? Podrían matarla, pero nada le dice que no vayan a hacerlo ya. Su única esperanza ahora mismo es tratar de pasar desapercibida frente a ese hombre, como una hormiga que reza para que nadie la aplaste.
El muchacho suspiró. La chica no sabía mucho, pero al menos, podía darles algún detalle. Al parecer, su cliente estaba enemistado con el jurado y era alguien importante. Juro pensó, enseguida, en alguna clase de traficante, o quizá un mercader acaudalado que busca quitarse de en medio a posibles rivales en el mercado.
Juro no se sorprendió al saber que había saboteadores todos los años, como tampoco cuando la chica les dijo que ya les habían delatado como los autores de que el sabotaje no se pudiera llevar a cabo. Se lo esperaba.
« Aunque quizá haya más peligro de lo que había imaginado en un principio » — Puede que se enfrentaran a mercenarios bien preparados o incluso a shinobis. Juro ya no podía contar con la superioridad que había sentido al enfrentarse a aquella chica y a su compañero.
Entonces, justo cuando Kazuma la presionaba para dar más información, ocurrió. Un sello se activó, desde su lengua y pronto, se extendió por todo el cuerpo. Juro recordó entonces el sello que habían comprado y que lo había inmovilizado. Maldijo por lo bajo. ¡Tenía que haberlo imaginado! Se enfrentaban a un experto en jutsus de sellado.
Datsue se adelanto y Juro lo agradeció: sabía de sellado y estaba aprendiendo, pero aquello le quedaba grande, y el Uchiha ya había demostrado ser todo un experto. El marionetista se quedó expetante, tras la explicación de Datsue y la posterior cadena de sellos para tratar de deshacerlo.
— ¿Cómo estás? ¿Puedes hablar? — le preguntaría a la saboteadora una vez hubiera terminado su compañero, para comprobar si la contramedida de Datsue había hecho efecto.
El muchacho suspiró. La chica no sabía mucho, pero al menos, podía darles algún detalle. Al parecer, su cliente estaba enemistado con el jurado y era alguien importante. Juro pensó, enseguida, en alguna clase de traficante, o quizá un mercader acaudalado que busca quitarse de en medio a posibles rivales en el mercado.
Juro no se sorprendió al saber que había saboteadores todos los años, como tampoco cuando la chica les dijo que ya les habían delatado como los autores de que el sabotaje no se pudiera llevar a cabo. Se lo esperaba.
« Aunque quizá haya más peligro de lo que había imaginado en un principio » — Puede que se enfrentaran a mercenarios bien preparados o incluso a shinobis. Juro ya no podía contar con la superioridad que había sentido al enfrentarse a aquella chica y a su compañero.
Entonces, justo cuando Kazuma la presionaba para dar más información, ocurrió. Un sello se activó, desde su lengua y pronto, se extendió por todo el cuerpo. Juro recordó entonces el sello que habían comprado y que lo había inmovilizado. Maldijo por lo bajo. ¡Tenía que haberlo imaginado! Se enfrentaban a un experto en jutsus de sellado.
Datsue se adelanto y Juro lo agradeció: sabía de sellado y estaba aprendiendo, pero aquello le quedaba grande, y el Uchiha ya había demostrado ser todo un experto. El marionetista se quedó expetante, tras la explicación de Datsue y la posterior cadena de sellos para tratar de deshacerlo.
— ¿Cómo estás? ¿Puedes hablar? — le preguntaría a la saboteadora una vez hubiera terminado su compañero, para comprobar si la contramedida de Datsue había hecho efecto.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60