17/10/2020, 05:13
—Jo, jo, jo —rieron juntos—. Lo sabemos casi todo: quien va, quien viene, adonde van y de donde vienen.
»Que planean y si nuestra información les útil no solo sabemos, solo nos limitamos a hacerles ganarse la información.
Para los gemelos la información era solo una carnada que utilizaban para su verdadero fin, molestar y poner a prueba a quienes venían por ella. Las intenciones y fortunas de sus visitantes les eran indiferentes mientras se limitasen a seguirles el juego.
—Juguemos un juego —propusieron mientras colocaban frente a la tienda una mesa con pastelillos y bebidas, como si le invitaran a la hora del té—: Ahora yace usted frente a dos caminos, uno le llevara a lo que busca y el otro no. No sabe cuál es cual. Cada uno de nosotros cuida de un camino. Le dejaremos elegir uno, pero al hacerlo tendrá que recorrerlo. Puede, sin embargo, hacerle una pregunta a uno de nosotros. El problema es que uno de nosotros siempre dice la verdad, mientras que el otro siempre miente.
Luego hablo cada quien por su cuenta, pero construyendo un solo mensaje:
—Para salir de este predicamento.
—Escoja con cuidado su pregunta.
Con aquello dicho, los hermanos se sentaron en la mesa, uno en cada extremo (izquierda y derecha), correspondiente al camino que vigilaban. En el medio, dejaron un puesto y la mesa servida para su invitado, para que se tomase el tiempo que considerase necesario para pensar.
»Que planean y si nuestra información les útil no solo sabemos, solo nos limitamos a hacerles ganarse la información.
Para los gemelos la información era solo una carnada que utilizaban para su verdadero fin, molestar y poner a prueba a quienes venían por ella. Las intenciones y fortunas de sus visitantes les eran indiferentes mientras se limitasen a seguirles el juego.
—Juguemos un juego —propusieron mientras colocaban frente a la tienda una mesa con pastelillos y bebidas, como si le invitaran a la hora del té—: Ahora yace usted frente a dos caminos, uno le llevara a lo que busca y el otro no. No sabe cuál es cual. Cada uno de nosotros cuida de un camino. Le dejaremos elegir uno, pero al hacerlo tendrá que recorrerlo. Puede, sin embargo, hacerle una pregunta a uno de nosotros. El problema es que uno de nosotros siempre dice la verdad, mientras que el otro siempre miente.
Luego hablo cada quien por su cuenta, pero construyendo un solo mensaje:
—Para salir de este predicamento.
—Escoja con cuidado su pregunta.
Con aquello dicho, los hermanos se sentaron en la mesa, uno en cada extremo (izquierda y derecha), correspondiente al camino que vigilaban. En el medio, dejaron un puesto y la mesa servida para su invitado, para que se tomase el tiempo que considerase necesario para pensar.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)