31/10/2020, 15:54
—Os acompañarán, son dos de nuestras mejores ANBU, de la división de inteligencia —asintió Shanise—. No son muy habladoras, pero estoy segura de que... os darán más de una sorpresa.
Ayame notó cierto temblor en la voz de Shanise que le puso los pelos de punta.
«Algo me dice que esta sorpresa no... nos va a gustar...»
—Chicas, presentáos.
—Arashi Koroi —dijo una de ellas, con tono seco.
—Arashi Yuame —respondió la otra, de forma idéntica.
—Las gemelas son de pocas palabras, como decía —añadió Shanise, llevándose una mano a la frente—. Con respecto a los chūnin... no puedo daros detalles. No los tenemos. Los enviamos a la misión y no hemos conseguido contactar con ellos desde entonces.
Ayame agachó la cabeza, sombría. Ella no lo sabía, pero tanto Kaido como ella estaban pensando lo mismo: Si no habían sabido nada de aquellos dos chūnin después de abandonar aquel mismo despacho donde se encontraban ellos ahora es que la misión aguardaba un oscuro y peligroso secreto. Y era más que probable que aquellos dos valientes shinobi no hayan vivido para contarlo...
—¿Entonces es una misión de rescate? —Intervino Kaido—. ¿Debemos dar con ellos, o por el contrario, tratar de averiguar lo que los chūnin no pudieron?
—Podríamos hacer ambas cosas al mismo tiempo —sugirió Ayame, mirándole de reojo—: Investigar lo que tenemos que investigar y, de paso, ver si encontramos alguna pista sobre el paradero o el destino de esos dos shinobi.
Ayame notó cierto temblor en la voz de Shanise que le puso los pelos de punta.
«Algo me dice que esta sorpresa no... nos va a gustar...»
—Chicas, presentáos.
—Arashi Koroi —dijo una de ellas, con tono seco.
—Arashi Yuame —respondió la otra, de forma idéntica.
—Las gemelas son de pocas palabras, como decía —añadió Shanise, llevándose una mano a la frente—. Con respecto a los chūnin... no puedo daros detalles. No los tenemos. Los enviamos a la misión y no hemos conseguido contactar con ellos desde entonces.
Ayame agachó la cabeza, sombría. Ella no lo sabía, pero tanto Kaido como ella estaban pensando lo mismo: Si no habían sabido nada de aquellos dos chūnin después de abandonar aquel mismo despacho donde se encontraban ellos ahora es que la misión aguardaba un oscuro y peligroso secreto. Y era más que probable que aquellos dos valientes shinobi no hayan vivido para contarlo...
—¿Entonces es una misión de rescate? —Intervino Kaido—. ¿Debemos dar con ellos, o por el contrario, tratar de averiguar lo que los chūnin no pudieron?
—Podríamos hacer ambas cosas al mismo tiempo —sugirió Ayame, mirándole de reojo—: Investigar lo que tenemos que investigar y, de paso, ver si encontramos alguna pista sobre el paradero o el destino de esos dos shinobi.