4/11/2020, 17:07
Shanise se aclaró la garganta, negó con la cabeza y despachó a sus dos subordinados con rapidez. La voz le temblaba, y eso era algo que incluso Ayame, pese a lo crédula que solía ser, captaba.
—Tranquila, estoy bien. Venga, marcháos. El tiempo apremia. ¡Vamos!
Pocas veces nevaba en Amegakure, pero ese día hacía mucho, mucho frío. Las gemelas esperaban en silencio con desinterés al final del puente, apoyadas en sendos pilares de hormigón. Ahora que ni Ayame ni Kaido ni Shanise estaban allí para verlas, refunfuñaban bajo la máscara, visiblemente molestas. ¿Cómo podían tardar tanto esos dos críos? ¡Ni que hubiese que prepararse tanto! Llegaban, veían y vencían. Rápido, sencillo. Como un rayo.
Como...
—Tranquila, estoy bien. Venga, marcháos. El tiempo apremia. ¡Vamos!
· · ·
Pocas veces nevaba en Amegakure, pero ese día hacía mucho, mucho frío. Las gemelas esperaban en silencio con desinterés al final del puente, apoyadas en sendos pilares de hormigón. Ahora que ni Ayame ni Kaido ni Shanise estaban allí para verlas, refunfuñaban bajo la máscara, visiblemente molestas. ¿Cómo podían tardar tanto esos dos críos? ¡Ni que hubiese que prepararse tanto! Llegaban, veían y vencían. Rápido, sencillo. Como un rayo.
Como...