10/11/2020, 21:29
Tras encontrarla y examinarla un poco más entre sus manos, la dejo en el centro de la sala en el lugar más despejado que pudiera encontrar. Las vasijas parecían de lo más normal para ella, bastante comunes y no llegaría a pagar una gran suma de dinero por una sola de ellas. Tal vez era incapaz de apreciar el arte de la alfarería o tal vez, y solo tal vez, eran vasijas de lo más común incluso para su creador. De vuelta al lugar por donde estuvo rastreando, no consiguió encontrar nada más, por lo que pasó a la siguiente estantería; y fue allí, en el escalafón más bajo tras una caja de madera, donde encontró la siguiente vasija.
— ¡Tengo el numero seis! — Avisó levantando ligeramente la voz para que todos los presentes le escucharan pero sin llega a ser un pronunciado grito.
Haciendo algo de espacio y levantandose del suelo con la nueva en la mano, se acercó para dejar en el centro la nueva vasija, y ladeó la cabeza buscando a uno de sus clientes; en concreto el transportista, quien parecía tener haber tenido experiencia con que Kabin olvidaba donde dejaba las mercancías.
— ¿No habrá alguna que otra también dentro de las cajas? O incluso dentro de otra vasija más grande... Vasijas dentro de una vasija dentro de otra vasija... — Dijo girando la cabeza, mientras contemplaba una tan grande y ancha en un rincón de la saa, que le llegaba un poco más alto del pecho. — Sería una curiosa matrioshka...
— ¡Tengo el numero seis! — Avisó levantando ligeramente la voz para que todos los presentes le escucharan pero sin llega a ser un pronunciado grito.
Haciendo algo de espacio y levantandose del suelo con la nueva en la mano, se acercó para dejar en el centro la nueva vasija, y ladeó la cabeza buscando a uno de sus clientes; en concreto el transportista, quien parecía tener haber tenido experiencia con que Kabin olvidaba donde dejaba las mercancías.
— ¿No habrá alguna que otra también dentro de las cajas? O incluso dentro de otra vasija más grande... Vasijas dentro de una vasija dentro de otra vasija... — Dijo girando la cabeza, mientras contemplaba una tan grande y ancha en un rincón de la saa, que le llegaba un poco más alto del pecho. — Sería una curiosa matrioshka...