25/11/2020, 21:17
Juro pudo comprobar que había más gente de la que había pensado en primer lugar. Tenía sentido: al fin y al cabo, no era el único que llegaba pronto. Todos lucían vestidos y trajes elegantes, todos parecían ser los más populares y amables. El carisma valía casi tanto como el dinero ahí. Pero el marionetista conocía ese clase de ambiente. La mayor parte de las interacciones que ocurrían ahí no eran más que falsedades, la búsqueda del deseo de aparentar, satisfacer el que diran.
Suspiró. Si quería jugar en aquel lugar tendría que practicar su papel. Debía de ser uno de esos carismáticos hombres adinerados a los que solo les importaba la fama, sus contactos y más dinero.
« Pero yo no conozco a nadie aquí » — Eso era un problema. ¿No estaba fuera de lugar? ¿Llamaba la atención? No sabía qué clase de lugar era ese, pero si la gente que pasaba era ya familiar ahí, no lograría pasar desapercibido.
Sin embargo, las tornas cambiaron cuando se acercó a la puerta que estaba buscando. Lejos de estar sola, había ahí un vigilante de seguridad, que enseguida trató de registrar con la mirada a Juro para asegurar que no era ninguna amenaza. Al parecer, podía entrar a la sala para jugar a una partida de cartas y quedaba poco para iniciarla. El marionetista no era ningún experto, pero le parecía una coartada perfecta para introducirse y observar la zona.
Claro que había muchas cosas que se le escapaban. No sabía si el hombre al que buscaba ya estaría dentro o tardaría por llegar. Tampoco si era una partida formal o informal, ni qué clase de gente encontraría. Era un movimiento arriesgado y quizá no era la mejor de las ideas. Pero si se quedaba fuera, no tendría otra oportunidad para entrar sin llamar la atención, y para eso tendría que superar la barrera de la vigilancia y las ventanas que ocultaban su interior.
Apuntó su nombre falso y esperó, pacientemente, al octavo participante, para poder entrar y observar.
Suspiró. Si quería jugar en aquel lugar tendría que practicar su papel. Debía de ser uno de esos carismáticos hombres adinerados a los que solo les importaba la fama, sus contactos y más dinero.
« Pero yo no conozco a nadie aquí » — Eso era un problema. ¿No estaba fuera de lugar? ¿Llamaba la atención? No sabía qué clase de lugar era ese, pero si la gente que pasaba era ya familiar ahí, no lograría pasar desapercibido.
Sin embargo, las tornas cambiaron cuando se acercó a la puerta que estaba buscando. Lejos de estar sola, había ahí un vigilante de seguridad, que enseguida trató de registrar con la mirada a Juro para asegurar que no era ninguna amenaza. Al parecer, podía entrar a la sala para jugar a una partida de cartas y quedaba poco para iniciarla. El marionetista no era ningún experto, pero le parecía una coartada perfecta para introducirse y observar la zona.
Claro que había muchas cosas que se le escapaban. No sabía si el hombre al que buscaba ya estaría dentro o tardaría por llegar. Tampoco si era una partida formal o informal, ni qué clase de gente encontraría. Era un movimiento arriesgado y quizá no era la mejor de las ideas. Pero si se quedaba fuera, no tendría otra oportunidad para entrar sin llamar la atención, y para eso tendría que superar la barrera de la vigilancia y las ventanas que ocultaban su interior.
Takayama Akihei
Ichinozawa Kisuo
Ogido Hiroki
Takemae Shoji
Miyasawa Kazunaga
Miyakonojo Hibuki
Ishikawa Takeshi
Ichinozawa Kisuo
Ogido Hiroki
Takemae Shoji
Miyasawa Kazunaga
Miyakonojo Hibuki
Ishikawa Takeshi
Apuntó su nombre falso y esperó, pacientemente, al octavo participante, para poder entrar y observar.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60